SANTIAGO DE COMPOSTELA 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Unións Agrarias (UU AA) anunció hoy la puesta en marcha de una campaña para demandar la creación de un Contrato Social, que reconozca y remunere el trabajo que los agricultores y ganaderos prestan a la sociedad en materia de medio ambiente.
Este sindicato propone un pago de 3.000 euros al año a cada explotación, que podrían llegar a 6.000 euros cuando a la actividad de su actividad se le añadan trabajos complementarios para la prevención de incendios o la recuperación de tierras abandonadas.
De este modo, el Contrato Social que propone Unións Agrarias vendría a ser un instrumento contra el abandono de la actividad agraria que lleva consigo la desaparición de campos y tierras de cultivo.
Según este sindicato, una cuarta parte del territorio de Galicia, 732.000 hectáreas --de las que más de 180.000 están en la provincia de Pontevedra-- son campos y tierras de cultivo que en el 80% de los casos corren el riego de desaparecer por su escasa rentabilidad económica.
"Cuesta menos invertir esa situación mediante el establecimiento de medidas como el contrato social, que hacer frente a las consecuencias del abandono de esas tierras que acabarían ocupadas por matorral y harían a Galicia más vulnerable ante los incendios forestales", aseguró el secretario de Desenvolvemento Rural de Unións Agrarias, Jacobo Feijoo.
Tras destacar que el empleo agrario está "cayendo en picado" --y en un 35% en la provincia de Pontevedra-- en los últimos ocho años, Unións Agrarias señaló que "nadie discute su papel en la gestión medioambiental" y concluyó que la pérdida de esta actividad supone un coste económico "mayor para la sociedad gallega que la puesta en marcha del contrato social".
Unións Agrarias consideró posible que del orden de 15.000 explotaciones puedan beneficiarse en el plazo de dos años de esta iniciativa, que según el sindicato "no debe entenderse como una subvención más".
El secretario de Organización de Unións Agrarias, Pablo García, manifestó que no es una subvención para "forrarse" los ganaderos, sino para ayudar a aquellas explotaciones que, por su rentabilidad económica, "si no se apuntalan mediante esta figura al cabo de un año o dos desaparecerán".