La CHN activa el Plan especial de alerta por sequía en la cuenca del río Miño y pide que se modere el consumo de agua

La Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) ha activado en la cuenca del río Miño el Plan especial de actuación en situación de alerta y eventual sequía, y advierte de que es necesario moderar el consumo de agua en los núcleos de más de 5.000 habitantes, "aunque los caudales son todavía capaces de suministrar a los sistemas de abastecimiento".

Así, se ha constituido la Oficina Técnica de la Sequía, que aúna a diferentes técnicos y responsables de la CHN para evaluar la situación y proponer medidas. La primera ha sido la de comunicar a todos los responsables de los sistemas de abastecimiento de más de 5.000 habitantes la necesidad de moderar el consumo con el objetivo de garantizar la calidad del agua con boca, al tiempo que se permita dejar un caudal suficiente para el mantenimiento de los ecosistemas.

Además, pide a los ayuntamientos que reduzca la utilización de agua para riego de jardines, baldeo de calles y resto de usos urbanos y reclama que se disminuya la presión nocturna. También insta a reforzar los controles sobre los sistemas de potabilización, "puesto que el agua captada puede ver mermada su calidad".

Asimismo, la CHN informó de que la Oficina Técnica de Sequía vigilará "estrechamente" cualquier variación en la situación actual a través de los datos facilitados por la Oficina de Planificación Hidrológica y las diversas redes de control de ríos que dependen de la confederación.

BOMBEO DE EMERGENCIA.

Con todo, reconoció que "puede surgir la necesidad de que una localidad concreta" necesite un bombeo o una captación de emergencia para suplir la falta de agua, sobre todo en los pequeños abastecimientos. En este sentido, recordó que los responsables de estos sistemas deben solicitarle permiso para cualquier uso accesorio del agua, tras lo que adecuará la tramitación a la urgencia de cada situación.

Este órgano explicó que la actual bajada en los caudales de los ríos de esta cuenca se debe al otoño "extremadamente seco" que se está viviendo, ya que no se ha dado la denominada "rotura del estiaje", que habitualmente ocurre en septiembre o octubre.

No obstante, las lluvias de verano, superiores a la media, permitieron que la situación sea similar al año 2005. Además, añadió que en esta época la utilización del agua es inferior, ya que la campaña de regadío se acabó y desciende el número de visitantes.

Este Plan de Sequías, que fue aprobado en marzo, caracteriza estos fenómenos de falta de lluvias en las cuencas del Norte, que difieren de las que se producen en otras zonas. Además, afronta los indicadores que predicen y manifiestan una situación de sequía y determina los umbrales, a partir de los que se desarrollan una serie de medidas.