El fiscal antidroga de Pontevedra pide penas que suman 54 años de cárcel para cuatro jóvenes acusados de narcotráfico

Los procesados niegan los hechos que se les imputan y policías dicen que a través de un teléfono pinchado siguieron sus movimientos

Europa Press Galicia
Actualizado: martes, 22 marzo 2022 17:17

PONTEVEDRA, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -

El fiscal antidroga de Pontevedra pidió penas de 13 años y medio de prisión para cada uno de los cuatro jóvenes que hoy fueron juzgados en la Audiencia Provincial acusados de la compra-venta de casi nueve kilos de cocaína.

Entre los procesados destaca el arousano V. M. G. P., quien, según el fiscal, vendió la mercancía a los otros tres procesados --Gabriel P.F, Ander B.L y Alberto R.G.-- quienes, para tal efecto, se habrían desplazado a Vilagarcía desde el País Vasco, pagando por la droga 223.000 euros.

Todos negaron los hechos que se les imputan, en respuesta a las preguntas que les formularon sus respectivos abogados, ya que sólo V. M. G. P., quiso contestar al fiscal, y únicamente en algunas cuestiones como la referida al contacto que mantuvo con los otros acusados, aunque, según aseguró, no fue para venderles droga sino para comprarles un coche.

Los policías que hoy declararon en el juicio explicaron que el teléfono del arousano estaba pinchado y fue así como, a través de escuchas telefónicas, se enteraron de que se citó con los otros procesados en la explanada del Puerto de Vilagarcía el 22 de julio de 2005, para pasarles la droga.

OPERATIVOS

A raíz de esto se montó un dispositivo de vigilancia que concluyó con la detención de cuatro personas en la 'Operación Pila'. Posteriormente, en los primeros meses de 2006 tuvo lugar un nuevo operativo contra el narcotráfico en Arousa, la 'Operación Sepia', y esta vez entre los ocho detenidos figuraban los padres y dos hermanas de V. M. G. P., bajo la sospecha de pertenecer a una red de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.

Las sospecha policial se centra en que esa red estaría liderada en la comarca de Arousa por este joven que, cuando fue detenido, tenía tan sólo 23 años de edad y poseía un elevado patrimonio que sus ingresos "lícitos" o podían justificar, ya que era propietario de varios inmuebles, locales comerciales y garajes repartidos por la provincia de Pontevedra, donde solía vérsele conduciendo siempre coches de alta gama.

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