Movilizaciones ciudadanas prenden en la geografía gallega en busca de paralizar obras tras el éxito de Gamonal

María Pardo, concejala de Urbanismo, en la protesta de los vecinos de Galeras
EUROPA PRESS
Actualizado: sábado, 1 marzo 2014 12:06

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

Las obras de una rotonda y de acceso a un párking en Santiago, la actuación sobre el río con la tala de árboles en Sarria, la construcción de un pantalán en el club náutico de Sanxenxo y la protesta por una variante en la localidad de Noia son algunos de los ejemplos de movilizaciones ciudadanas que, tras el éxito de los vecinos del burgalés barrio de Gamonal, han prendido en la geografía gallega en busca de paralizar actuaciones.

En alguna de estas situaciones, de hecho, no se ha evitado siquiera la comparación. Como ha sucedido en las concentraciones de los vecinos de un barrio compostelano en contra de un nuevo acceso para un aparcamiento privado, ya se pudo escuchar en sus primeras protestas 'En Galeras, otro Gamonal'. El caso es que, en las últimas semanas las movilizaciones locales en contra de hechos puntuales han irrumpido entre los ciudadanos.

El lance de Sanxenxo, en donde se ha vivido un episodio de violencia que ha llevado a la Policía Local a investigar lo ocurrido por petición del Ayuntamiento, es todavía más peculiar, dado que la oposición no sólo es vecinal, sino que la propia alcaldesa, la popular Catalina González, está en contra de la actuación que quiere llevar a cabo el club náutico, una entidad privada, y ha pedido a Portos de Galicia su paralización.

Oponiéndose a la actuación del pantalán se encuentra la Plataforma SOS Panadeira, que una de esas pequeñas comunidades que están recogiendo el testigo de las grandes agrupaciones que defienden objetivos más generales, como la sanidad pública.

En la capital gallega, varias asociaciones de vecinos de una zona se han unido también en plataforma para luchar contra la construcción de una rotonda y el acceso a un estacionamiento de vehículos privado, que ya cuenta con otras dos entradas y una salida.

El Ayuntamiento compostelano defiende esta obra porque no tiene coste para las arcas municipales, ya que la inversión corre a cargo de la empresa, y permite la peatonalización de otras dos calles, pero los vecinos denuncian la "privatización del parque" y que el Consistorio regala espacio público a una empresa privada para su "beneficio". De hecho, la propia concejala de Urbanismo, María Pardo, admitió que esta actuación "beneficia a un particular".

EN CONTRA DE UNA VARIANTE

A algo más de 40 kilómetros de la capital gallega, nació la plataforma de Portosín en contra de una variante que costará 30 millones de euros y que, según advierten los vecinos agrupados en la Plataforma de Portosín, supondrá apenas "un minuto y medio de ahorro", al tiempo que "acabará con el territorio entre la costa y el monte.

Y desde la ría de Muros y Noia, un salto de otros 200 kilómetros al interior de Galicia hasta Sarria, localidad ubicada en la comarca de Lugo centro. Allí, los vecinos se han encadenado, incluso, a los árboles de la ribera del río para evitar su tala, como ya lo hiciera la baronesa Thyssen cuando se ató a una especie del Prado, donde está el museo que lleva su nombre, y pretenden evitar una obra que, según advierten, también acabará con el patrimonio histórico.

De nuevo en este asunto como en el anterior, los vecinos denuncian el uso de los fondos públicos. La Plataforma Sarriana polo Río, que nació en diciembre pero que ha cobrado fuerza en los últimos días, pide que los vecinos puedan participar en la elaboración de un nuevo plan de actuación de manera participada. "No queremos perder ni un euro del presupuesto asignado, lo que queremos es que ese dinero se invierta racionalmente", proclaman los vecinos de esta localidad.