El obispo de Tui-Vigo destaca la reacción "ejemplar" tras el accidente de O Porriño

Misa por los fallecidos en el accidente de O Porriño
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 21 septiembre 2016 20:19

O PORRIÑO (PONTEVEDRA), 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

El obispo de la diócesis Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiúza, ha oficiado este miércoles en O Porriño (Pontevedra) el funeral por las cuatro víctimas mortales del descarrilamiento de un tren el pasado 9 de septiembre en esta localidad, un acto religioso en el que ha elogiado la respuesta "ejemplar" y "solidaria" de la sociedad ante el siniestro.

En una ceremonia a la que han acudido unas 150 personas, entre ellas el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda y las alcaldesas de O Porriño y Mos, monseñor Quinteiro Fiúza se ha referido al accidente como "un golpe tremendo". "Fue una tragedia que nos dejó conmovidos y que se llevó cuatro vidas", ha rememorado, al tiempo que ha recordado también a los heridos en este suceso.

Así, el obispo ha destacado la respuesta "ejemplar" de las instituciones ante el accidente, y también de los ciudadanos, "especialmente de los jóvenes". "Nuestro pueblo tiene un alma grande", ha proclamado.

Durante la homilía, Quinteiro Fiúza ha transmitido a las familias de los fallecidos, algunas de las cuales estaban presentes en la misa, su "cercanía" y su acompañamiento en el luto, además de ofrecerles "el consuelo de la esperanza".

ACCIDENTE

El pasado 9 de septiembre, a las 9,25 horas, un tren 'Celta' que une las ciudades de Vigo y Oporto descarriló a pocos metros de la estación de ferrocarril de O Porriño, causando cuatro víctimas mortales: el maquinista, de nacionalidad portuguesa; el interventor y un estudiante de la escuela ferroviaria de Renfe, ambos vecinos de Vigo; y un turista norteamericano.

Además, casi medio centenar de personas resultaron heridas de diversa consideración, y fueron atendidas en varios hospitales de Vigo. Actualmente, solo una de estas personas permanece hospitalizada.

El accidente está siendo investigado, además de por la comisión de investigación de accidentes ferroviarios (CIAF), por el Juzgado de instrucción número 2 de O Porriño, donde hace unos días se abrieron las cajas negras del convoy siniestrado. Según los datos registrados, el tren circulaba a 118 kilómetros por hora en el momento del descarrilamiento, a pesar de que la velocidad máxima permitida en ese tramo --una vía desviada que debió tomar por la realización de unas obras en la principal-- era de 30 kilómetros por hora.

Asimismo, quedó constancia en los registros de que el maquinista recibió dos avisos 'L1', es decir, de que debía aminorar la velocidad. Sin embargo, aunque confirmó la recepción de los mismos, por motivos que se desconocen no frenó la marcha.