Una treintena de afectados por daño cerebral adquirido inician la próxima semana el Camino de Santiago

Un grupo integrado por 30 afectados por daño cerebral adquirido y 50 personas más entre cuidadores y equipo de apoyo sanitario y terapéutico emprenderán el próximo miércoles en Carrión de los Condes su trayectoria a través de cuatro etapas del Camino de Santiago, para alcanzar la Catedral compostelana el domingo 28 de mayo.

La Fundación Lescer, dedicada a ayudar a pacientes afectados por daño cerebral adquirido, es la promotora de esta iniciativa, con la que pretende concienciar a la sociedad sobre una patología que ya se ha convertido en la principal causa de incapacidad grave o crónica entre los adultos. La lesión cerebral es la tercera causa de muerte entre la población en general y la primera entre las mujeres.

Llegar a la sociedad para informar de la realidad que padecen los afectados por estas patologías al carecer España de una red de recursos sanitarios y sociales específica para atenderlos es uno de los objetivos de esta iniciativa. La treintena de personas afectadas por daño cerebral adquirido recorrerá cuatro etapas del Camino de Santiago desde Carrión de los Condes, pasando por León, Lugo y, finalmente, Santiago.

Los enfermos demostrarán su capacidad de superación al realizar pequeños trayectos del Camino de Santiago a pie o en silla de ruedas en función de las posibilidades de cada uno. Esta lesión de las células del cerebro originada por un infarto, una hemorragia cerebral, un tumor o un traumatismo cráneo-encefálico, entre otras causas, puede provocar incapacidad crónica, pero con tratamiento adecuado, los enfermos pueden conseguir una calidad de vida aceptable.

Esta es la finalidad de la Fundación Lescer, una entidad privada sin fines de lucro que ayuda a los afectados por daño cerebral adquirido para que puedan recibir la rehabilitación especializada. Así, las ayudas que otorga esta entidad se destinan al entrenamiento específico de personal sanitario, a la investigación de nuevas metodologías, así como a la compra de material y a becas de rehabilitación para familias sin recursos que no pueden sufragar los enormes y prolongados costes del tratamiento.