El visado de viviendas cae un 33% en 32 municipios del área de Santiago entre 2006 y 2007 y vuelve a niveles anteriores

El Colexio de Arquitectos de Galicia cree que el descenso causará una actualización del sector y mejoras para los ciudadanos

Europa Press Galicia
Actualizado: martes, 18 marzo 2008 15:01
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

El visado de viviendas descendió un 33 por ciento en 2006 con respecto a 2007 en 32 ayuntamientos del área de Santiago, de forma que volvió a registros similares a los años anteriores, como 2005, 2003 o 2002.

Así se desprende de los datos de la delegación compostelana del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) presentados hoy en rueda de prensa, en los que se pone de manifiesto que el pasado ejercicio se autorizaron en esta zona 5.350 viviendas, cerca de un cuatro por ciento menos que la media alcanzada desde que comenzó el siglo XXI.

La caída más pronunciada se dio en las viviendas de protección oficial, ya que obtuvieron el permiso un 49 por ciento menos, 196 por las 384 de 2006. En cuanto a las libres, el descenso alcanzó el 21 por ciento, unas 1.400 menos. Esta delegación del COAG comprende las comarcas de Santiago, Arzúa, O Barbanza, A Barcala, Muros, Noia, O Sar y parte de Terras de Melide y de Ordes.

De este modo, fue la área de influencia de la capital gallega en la que se produjo un mayor parón, con cerca de 1.400 visados menos, lo que el Colexio de Arquitectos atribuyó en parte al cambio de Plan Xeral de Ordenación Municipal de Compostela, y a que el nuevo documento aún no está aprobado en su totalidad.

CRECIMIENTO EN O BARBANZA.

Por contra, en O Barbanza se visaron casi 600 viviendas más que en 2006, hasta llegar a las 2.582. "Es una barbaridad", resumió la presidenta de la delegación del COAG, Idoia Camiruaga, que justificó este crecimiento en que los constructores se están trasladando desde las ciudades a estas zonas de la costa gallega.

Además, recordó que la ley impulsada por la Xunta para prohibir la construcción a 500 metros del mar no afecta al casco urbano de municipios como Ribeira. Añadió que la mejora de las infraestructuras provoca que las playas de la comunidad estén cada vez más cerca de Madrid y de otras zonas del Estado, de forma que sus habitantes eligen Galicia como lugar de segunda residencia.

Asimismo, Camiruaga señaló que los datos de visados de 2007 son similares en todo el territorio gallego, ya que en algunas zonas como Vigo y su área "mantienen las expectativas", mientras que en otras cae el número de permisos. Con todo, auguró que el descenso será más acusado durante este año y no lo interpretó como un "mal signo de recesión", sino como una "actualización" del sector inmobiliario.

BURBUJA.

En este sentido, tanto ella como el secretario de la delegación, Jorque Duarte, sostuvieron que se debe hacer un análisis a largo plazo y no trimestre por trimestre porque, a su juicio, esto puede propiciar alarma social y un agravamiento de la crisis. En cualquier caso, opinaron que se está volviendo a índices normales tras el boom de finales de los 90 y principios de esta década y pusieron el ejemplo de Inglaterra, donde ocurrió un proceso similar hace años.

"Nosotros no llegamos a pinchar la burbuja", ilustró la presidenta, que achacó el crecimiento de los últimos ejercicios a la compra de segunda vivienda con fines especulativos, tanto de los inversores particulares como de los grandes grupos económicos. De hecho, aseguró que ahora la vivienda que se vende está destinada al uso, lo que, en su opinión, "tampoco está mal".

Así, destacó los aspectos positivos de este cambio de tendencia, y enfatizó que el sector tiene espacio para desarrollarse, como la rehabilitación de barrios de vivienda protegida construida durante el franquismo. En esta línea, señaló que en lugares como Cataluña y País Vasco ya se está explotando este segmento de mercado, que en Galicia no ha sido aprovechado.

Además, pronosticó que se mejorará la calidad de los edificios, ya que el cliente será más exigente, al haber más oferta. Incluso señalo que, desde el punto de vista arquitectónico, las viviendas serán menos "conservadoras", al adquirirse mayoritariamente para vivir, y no para revender posteriormente. También aludió a la mayor protección del territorio como rasgo positivo del menor ritmo constructor.

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