SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
El proyecto de la Plataforma para la Distribución de Mexillón de Galicia (Pladimega) desaparecerá en las próximas horas si la asamblea de la organización, que se celebra hoy en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), aprueba la propuesta que defenderán sus dirigentes de interrumpir su actividad hasta primavera. Los bateeiros podrán vender "libremente" su recurso, pese a que la plataforma augura una caída de los precios en origen esta Navidad.
La sucesión de sabotajes en mar y en tierra, el incumplimiento de los compromisos en el reparto de ventas que atribuyen a la Federación Arousa-Norte y el nerviosismo de algunas de las 26 asociaciones integradas en la plataforma y que temen perder la campaña de Navidad, llevaron a los dirigentes de los mejilloneros a valorar la oportunidad de, cuando menos, poner "un paréntesis" al proyecto.
La plataforma, conformada a inicios de agosto, representaba a un 70 por ciento de los bateeiros gallegos y, a través de sus asociaciones, controlaba la producción de más de 2.000 bateas --de las 3.300 existentes en la comunidad--.
A expensas del resultado de la asamblea, que se iniciará a las 19.00 horas, lo más probable es que Pladimega deje de funcionar como tal hasta la próxima primavera. Será entonces cuando sus responsables se planteen reimpulsar la plataforma intentando evitar los errores que ahora provocaron su "fracaso".
Según aseguró a Europa Press su portavoz, Julián García, los principales errores fueron intentar subir los precios del mejillón sin la unidad previa del sector extractivo y no haber sabido explicar las ventajas que, a su juicio, habría tenido aglutinar a todas las asociaciones mejilloneras.
La voluntad de Pladimega es dejar que sus miembros puedan vender libremente y al precio que consideren oportuno su recurso, una circunstancia que, según sus responsables, provocará previsiblemente una "nueva" e "importante caída" en la cotización del mejillón. Esta decisión se produce en pleno inicio de la campaña navideña de los bateeiros, que comercializan en esta época del año un 30 por ciento del molusco bivalvo que cultivan.
SABOTAJES
El incendio de una grúa el pasado viernes en A Illa de Arousa (Pontevedra), así como el corte de las cuerdas de dos bateas en O Grove (Pontevedra) el miércoles fueron los dos casos más recientes de una serie de sabotajes detectados en noviembre. Antes, esta situación había afectado a sendos productores de Rianxo (A Coruña), A Pobra do Caramiñal (A Coruña) y Vilanova de Arousa (Pontevedra).
Pese a que Pladimega condenó los ataques y las manifestaciones violentas, ninguno de los bateeiros afectados por estos sabotajes estaba vinculado a alguna de las asociaciones que integran una plataforma cuya constitución oficial no llegó a producirse al haberse retrasado la redacción de sus estatutos.
Desde su creación, el pasado mes de agosto, sus impulsores secundaron una huelga de más de dos meses, periodo en el que no abastecieron de mejillón a las fábricas transformadoras. Asimismo, Pladimega llegó a suspender una semana el suministro de recurso en fresco a depuradoras, paro que, al igual que el de cocederos y conservas, finalizó el 21 de septiembre tras la mediación de la Consellería de Pesca.
La huelga de suministro se agravó tras sucederse varios episodios violentos como la explosión, a mediados de septiembre, de diversos artefactos explosivos ante las sedes de la Asociación de Mexilloeiros Virxe do Rosario en Vilaxoán (Vilanova, Pontevedra), Federación Arousa-Norte en O Grove y Cons do Udra en Moaña (Pontevedra).
A estos sucesos se añadió el enfrentamiento entre medio centenar de bateeiros y fuerzas de seguridad el 17 de septiembre en el puerto de Vilanova de Arousa, tras la decisión de las asociaciones minoritarias de reiniciar el trabajo en plena huelga.
Después del acuerdo del 21 de septiembre, el conflicto se trasladó a las industrias, conserveras y cocederos, que se negaron a asumir el incremento en un ocho por ciento de los precios de la materia prima, una subida que los productores negaban, al asegurar que sólo habían decidido anular la proporción de mercancía regalada en la pasada campaña.