PALMA DE MALLORCA 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
Baleares reutilizó a lo largo de 2007 un total de 102 toneladas de neumáticos usados, lo que supone un 2,3 por ciento del total estatal, que asciende a 18.035 toneladas, que en su mayoría fueron destinadas a la exportación y al recauchutado.
Así lo expuso Signus Ecovalor, entidad gestora del Sistema Integrado de Gestión (SIG) de los Neumáticos Fuera de Uso (NFU), en un comunicado, en el que destacó que gestionó un total de 18.035 toneladas en Baleares durante 2007, a través de una red operacional que destaca por "cumplir eficientemente el principio de universalidad en la recogida".
Así, del informe anual, se extrae que durante el pasado ejercicio se presentaron un total de 2.682 solicitudes de recogida de neumáticos, y que fueron recogidas por un total de 615 talleres autorizados del archipiélago.
En conjunto, Signus valoró que la cifra total de gestión de los neumáticos ascendió a un total de 213.542 toneladas en todo el territorio nacional, cifra que supone un 3,2 por ciento más de lo "estipulado por Ley", sostuvo la empresa. Asimismo, la entidad informó de que en Baleares gestionaron un total de 4.348 toneladas.
En cuanto al volumen de reutilización nacional de este material, la empresa destacó que el 85 por ciento de los neumáticos se destinó a la valorización material, mientras que el 15 por ciento restante fue dirigido a la valorización energética.
RECAUCHUTADO
El recauchutado consiste en la sustitución de la banda de rodadura gastada por una nueva, por lo que supone una forma de "alargar la vida en servicio" del neumático mediante su reutilización.
La entidad destacó que la producción de neumáticos recauchutados está sometida a reglamentos internacionales de homologación de los mismos (R-108 para neumáticos de turismo y R-109 para neumáticos de camión de la Convención de Ginebra de Naciones Unidas). Estos reglamentos exigen el cumplimiento de una serie de prestaciones a los neumáticos recauchutados producidos en instalaciones homologadas.
De este modo, el proceso se inicia con la inspección "minuciosa" de las carcasas para comprobar la ausencia de daños (poros, y fallos de material, entre otros) y que, por tanto, no se ve comprometido ni el rendimiento ni la seguridad del neumático.