El encargado de obra del hotel Son Moll admite que desconocía el Plan de Seguridad elaborado por las constructoras

Imagen Del Juicio Por El Derrumbe Del Hotel Son Moll
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Europa Press Islas Baleares
Actualizado: viernes, 8 julio 2011 21:50

PALMA DE MALLORCA 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

Guillermo Comas, el encargado de obra del Hotel Son Moll, de Cala Ratjada, que se derrumbó parcialmente el 16 de diciembre de 2008 causando la muerte de cuatro operarios, ha admitido que desconocía el Plan de Seguridad y Salud elaborado por la UTE de constructoras Consestelrich y Rafael Truco, dado que no se lo habían dado, a pesar de que él tenía a su cargo a los trabajadores.

Así lo ha afirmado Comas, a preguntas del fiscal Miguel Ángel Anadón durante su declaración en calidad de testigo en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Palma, donde ha señalado que, a pesar de que le habían nombrado 'recurso preventivo' y que, por tanto, tenía la obligación de revisar la seguridad de los trabajadores, desconocía completamente cuáles eran las medidas de seguridad que se debían aplicar.

No obstante, ha insistido en que él debía revisar si los trabajadores usaban de manera correcta los arnés y si tenían los andamios adecuados, para lo cual, según ha señalado, había realizado un curso de formación de 40 horas para poder ejercer como 'recurso preventivo' en las obras.

Al desconocer el Plan de Seguridad elaborado por las constructoras, Comas ha afirmado que tampoco sabía si éste contemplaba los trabajos de apuntalamiento en el ala izquierda del hotel que se derrumbó. "No conocía ninguna medida de seguridad en concreto para esta obra y nunca se habló de ningún problema de seguridad, sino del trabajo que había que hacer", ha recalcado.

Además, ha añadido que "nadie había advertido de ningún peligro, ya que si lo hubiera habido, no hubiese permitido que la gente estuviera trabajando". Así, ha apuntado que una empresa externa se encargaba de revisar si había alguna anomalía en seguridad, de forma que si se detectaba, se corregía.

Sin embargo, el encargado de la obra ha desvelado que el día del derrumbe, él no se encontraba en el hotel Son Moll, ni tampoco la dirección facultativa, ni ninguno de los constructores, de manera que ha reconocido que "no había nadie para dar órdenes".

Por otro lado, Comas, quien se encargaba de dar las órdenes a los trabajadores tras recibirlas del arquitecto que proyectó la reforma del hotel, Arturo Vila, y del jefe de Obra, Juan Bonet, ha indicado que nunca tuvo acceso al proyecto básico de rehabilitación de junio de 2008, si bien sí que conocía que "se iban a abrir tres o cuatro huecos en cada una de las plantas".

"NO SE SABÍA SI EL MURO CENTRAL ERA EL DE CARGA"

Asimismo, ha agregado que "no se sabía de manera exacta si el muro central era el de carga", por lo que se procedió a abrir "dos huecos nuevos y a ampliar los antiguos", si bien el 11 de diciembre de 2008, día en el que se realizó la última visita a las obras, tal como se hacía todos los martes y jueves por parte de la dirección facultativa, "no se sabía cómo iba a quedar la fachada del muro norte".

En esta línea, ha apuntado que el día del accidente, se estaba cerrando uno de los huecos, de forma que se cerró el de la planta segunda, pero "no dio tiempo a cerrar el de la primera", después de que así lo hubiera ordenado Vila. Sin embargo, ha aseverado que "no se dio la orden clara de que había que cerrarlo inmediatamente, ya que no había un plano definitivo de la distribución exacta" de los huecos.

Por otro lado, ha revelado que en la planta segunda, cuando se eliminó un marco, junto a una de las puertas antiguas, se halló una ventana cerrada, por lo que se descubrió un hueco de dos metros en el muro, razón por la cual el director de ejecución de las obras ordenó instalar uno o dos puntales a la puerta "tal como se hizo".

Asimismo, ha manifestado que, a pesar de que durante la última visita que hizo la dirección facultativa a las obras había dos huecos abiertos en cada una de las plantas, "no se recibió orden de apuntalarlas".

Por tanto, ha detallado que en la planta segunda había un hueco nuevo y dos antiguos parcialmente cerrados; en la primera dos huecos nuevos y dos antiguos sin tocar y en la planta baja se estaban abriendo tres huecos.

"NO HABÍA APUNTALAMIENTO DE NINGÚN FORJADO"

"En el momento del derrumbe no había apuntalamiento alguno de ningún forjado en ninguna de las plantas, más allá de los puntales de la segunda planta entre la ventana y la puerta y algún puntal que colocó uno de los trabajadores en la planta baja", ha explicado Comas, quien ha detallado que la composición de los materiales era diferente en cada una de las plantas, habiendo marés y bloque italiano.

Por otra parte, ha reconocido que cuando se abrieron dos huecos nuevos en la primera y en la segunda planta, él no manejaba ningún plano para hacerlo, por lo que hizo lo que le dijeron, que era abrirlos a 50 centímetros de la pared.

Finalmente, ha revelado que desconocía en qué fecha tenía que estar concluida la obra, al tiempo que ha indicado que tampoco conocía sobre qué tenía que determinar los cálculos el arquitecto estructurista Bernat Pere Nadal a quien sí que vio en "alguna visita a las obras".

"ASUSTADO ANTE LA FALTA DE SEGURIDAD"

Durante la sesión del juicio, también ha declarado un operario en calidad de testigo y que estaba trabajando en la planta baja cuando se derrumbó el hotel. Concretamente, ha señalado que le extrañó ver que "no había puntales" y, en este sentido, ha indicado que uno de los trabajadores fallecidos ya le había manifestado, días antes del accidente, que le daba "miedo" que quisieran quitar los puntales.

Este operario, que es oficial de segunda y que comenzó a trabajar en las obras del hotel sólo un día antes del derrumbe, ha afirmado que él también se quedó un "poco asustado ante la falta de seguridad".

Por su parte, otro de los trabajadores, que también ha declarado en calidad de testigo, ha aseverado que en algunos forjados sí que había puntales, al tiempo que ha confirmado que, pese a que había llovido mucho en los últimos días, no había agua embalsada. Según ha revelado, el día del accidente, los operarios se encontraban retirando los escombros y, como llovía mucho, "estábamos trabajando dentro picando paredes y abriendo huecos en la fachada norte para abrir un ventanal".

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