MADRID 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
La principal ciudad de Costa de Marfil, Abiyán, vive desde el jueves una especie de "tregua" en los enfrentamientos entre las tropas del aspirante presidencial, Alassane Ouattara, y del presidente en ejercicio de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, que ha permitido la reanudación del suministro de agua y electricidad y una cierta recuperación de la vida normal. No obstante, la ciudad sigue sometida a una grave crisis humanitaria, tanto para sus habitantes como para los más de 300.000 desplazados internos.
"Afortunadamente, se ha restablecido el suministro de agua y electricidad", declaró el director de desarrollo humano de Caritas de Costa de Marfil, Jean Djoman, a la agencia misionera de noticias MISNA.
No obstante, advirtió, "es urgente que se abra un corredor humanitario" para ayudar a los "más de 30.000 desplazados que residen en los centros de acogida y a los 300.000 que han sido hospedades por las familias. Aparte, prosiguió Djoman, los propios habitantes de Abiyán "llevan días de miedo y privaciones".
A causa de los enfrentamientos en los barrios de Cocody y Plateau (donde se encuentran, respectivamente, la residencia de Laurent Gbagbo y el palacio presidencial), las actividades comerciales permanecieron cerradas esta semana y la ciudad no tuvo suministro de agua y electricidad.
Esta situación se vio complicada por "los saqueos de milicianos y jóvenes armados", explicó el responsable de Caritas. Como consecuencia de todo ello, explicó Djoman, los precios aumentaron "entre cinco y diez veces respecto a la semana anterior".
COCODY
Entretanto, la situación parece "más tranquila" este viernes en el barrio de Cocody, principal escenario de los enfrentamientos armados de esta semana y de los ataques de la misión de la ONU (ONUCI) y de la misión militar francesa 'Licorne', según pudo constatar MISNA.
Desde que comenzó la tregua se ha apreciado la presencia de "gente en la calle" y de los soldados de Laurent Gbagbo, "que parecen controlar" algunos puntos de Cocody, según el presidente de la Liga Marfileña de Derechos Humanos (LIDH), André Banhouman Kamaté.