Grandi elogia la solidaridad de los países de la región por acoger a refugiados pese a sus circunstancias complicadas
MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha hecho un llamamiento a actuar ya y ayudar a los países del Sahel central, inmersos en una "emergencia" como resultado del incremento de la violencia, antes de que la "crisis sea incontrolable".
El jefe de ACNUR ha concluido una visita a Burkina Faso, Mauritania y Níger al término de la cual se ha mostrado alarmado con el rápido deterioro de la situación en esta región, donde el número de desplazados se ha multiplicado en el último año y donde las necesidades de asistencia humanitaria son enormes.
"La emergencia está aquí, en el Sahel, donde la población está sufriendo, está siendo asesinada, las mujeres están siendo violadas y los niños no pueden ir a la escuela", ha resumido Grandi. "El Sahel es el lugar en el que debemos intervenir antes de que esta crisis sea incontrolable", ha advertido.
En total, en el Sahel central hay más de un millón de desplazados y refugiados. Burkina Faso es el país en el que más ha aumentado el número de desplazados, que se ha multiplicado por diez en el último año hasta superar los 560.000.
Grandi ha explicado que durante su visita ha escuchado "historias de asesinatos por parte de grupos armados, historias de destrucción de viviendas, escuelas y centros de salud, historias de violencia contra mujeres".
ACNUR ha resaltado que los ataques indiscriminados por parte de grupos terroristas contra las instituciones del Estado y las fuerzas de seguridad, así como otras infraestructuras como escuelas y centros de salud son cada vez más frecuentes. Estos ataques están agravando las tensiones sociales existentes y la pobreza generalizada.
En muchos de los casos, los primeros en responder ante la emergencia los propias comunidades de acogida, que se están viendo superadas ante la llegada de desplazados, principalmente mujeres y niños en el caso de los que huyen de la frontera en la zona de Liptako-Gourma, donde confluyen las fronteras de Burkina Faso, Malí y Níger.
Refugiados en Sahel - @FilippoGrandi
La inseguridad está teniendo también un impacto adverso en la respuesta humanitaria, ya que obstaculiza el acceso de las ONG a las personas necesitadas de asistencia, tanto los desplazados como quienes les acogen y que requieren de forma desesperada cobijo, alimento, agua, protección, atención sanitaria y educación, ha lamentado la agencia de la ONU en un comunicado.
LA RESPUESTA NO PUEDE SER SOLO MILITAR
Así las cosas, Grandi ha reiterado lo reivindicado en repetidas ocasiones por la ONU: "En el Sahel, la respuesta a la crisis no debe ser solo de seguridad". "La protección de aquellos forzados a huir debe estar en el centro de nuestra respuesta a esta crisis de desplazamiento", ha defendido.
Esto pasa, según el titular de ACNUR, por una mejor coordinación entre autoridades civiles y militares para garantizar el acceso de las organizaciones humanitarias y el suministro inmediato de asistencia. Igualmente, es fundamental crear las condiciones para que los actores humanitarios y de desarrollo ayuden con soluciones para la población afectada.
Por otra parte, ha aprovechado para elogiar a los tres países que ha visitado por acoger a unos 165.000 refugiados procedentes de Malí a pesar de su complicada situación humanitaria, especialmente en el caso de Burkina Faso y Níger. "En el Sahel, algunos de los países más pobres del mundo siguen siendo de los más generosos", ha resaltado.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi reunido con el presidente de Burkina Faso, Roch Kaboré - @FilippoGrandi
"Pese a los muchos desafíos a los que estos tres países se enfrentan hoy en día, no vemos este tipo de compromiso en la mayor parte del mundo", ha incidido Grandi, que ha tenido ocasión de hablar con algunos de los 60.000 refugiados malienses en Mauritania durante su viaje.
ACNUR, que va a incrementar su asistencia en la región, ha reivindicado que abordar esta crisis no debe hacerse a costa de otras crisis en la región como la de lago Chad, donde hay otros 2,8 millones de desplazados y donde las necesidades de acceso y protección son similares. En este sentido, la agencia de la ONU considera "crítico" evitar el riesgo de desestabilización a otros países de África Occidental.
"La paz, la seguridad y el desarrollo son claves para la coexistencia entre aquellos forzados a huir y las comunidades que les acogen", ha defendido Grandi. "Abordar las causas en la raíz de esta crisis permitirá encontrar soluciones duraderas", ha opinado, incidiendo en que "esto también significa abordar el impacto clave del cambio climático así como el impacto de estos desplazamientos en la naturaleza".
