MADRID 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
Varios activistas ecologistas de Greenpeace han asaltado un buque cisterna que se disponía a cargar productos químicos plásticos en el puerto de Daesan, en Corea del Sur, para protestar contra la producción de plásticos tóxicos mientras las negociaciones sobre el Tratado Global sobre Plásticos de la ONU entra en una fase decisiva en Busán.
Los activistas, provenientes de varios países como Alemania, México y Reino Unido, han exigido a los gobiernos que enfrenten la presión de la industria petroquímica y reduzcan "firmemente" la producción de plástico.
La protesta, en la que han montado tiendas de campaña en el mástil del barco, se ha llevado a cabo en el buque Buena Alba, una embarcación de 96 metros de largo que se disponía a cargar propileno, un químico derivado de los combustibles fósiles usado en la fabricación de plásticos.
"Estamos tomando medidas directas hoy aquí --deteniendo este envío de plástico-- para instar a los líderes mundiales a que escuchen las voces de los millones de personas de todo el mundo, junto con los científicos y las empresas, que exigen que se reduzca la producción de plástico para detener la contaminación plástica", ha dicho Alex Wilson, voluntario del equipo de escalada de Greenpeace Reino Unido, a través de un comunicado.
El activista ha detallado que mientras protestan, "los grupos de la industria petroquímica están en plena acción en Busán". "Están usando su poder, dinero y acceso para intentar garantizar que el tratado no haga lo que debe hacer: Cerrar el grifo de la producción de plástico", ha aseverado.
El incidente ocurre en medio de un análisis publicado por el Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL), que revela que más de 220 lobistas petroquímicos están presentes en las negociaciones en Busán, la cifra más alta registrada hasta ahora, según Greenpeace.
Greenpeace ha advertido de que pese a las crecientes preocupaciones sobre la contaminación plástica, la producción sigue aumentando, lo que podría consumir hasta el 31 por ciento del presupuesto de carbono global necesario para limitar el calentamiento a 1,5°C.
Por su parte, el jefe de la delegación de Greenpeace, Graham Forbes, ha instado a los gobiernos a tomar decisiones firmes en este momento crítico, advirtiendo que un tratado sin un compromiso de reducción de la producción no resolvería la crisis del plástico ni la del clima. Las negociaciones sobre el Tratado Global sobre Plásticos concluyen el 1 de diciembre en Busán, Corea del Sur.