LONDRES, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Organización no Gubernamental (ONG) Oxfam Internacional denunció en un informe publicado ayer que cerca de 10.000 millones de dólares (unos 6,5 millones de euros), de ayuda a Afganistán está pendiente de ser entregada.
Asimismo, portavoces de esta ONG aseguraron que dos tercios de la ayuda económica otorgada al Gobierno del país sigue sin ser destinada a los sectores más pobres de la población y que el 40 por ciento de dichas subvenciones económicas vuelve de nuevo a los países donantes.
Por su parte, Oxfam, que llevó a cabo el informe en las casi 94 agencias humanitarias de Afganistán, denunció que la posibilidad de paz en el país asiático está siendo minada porque los donativos que ha otorgado al Gobierno del país todavía no se han empleado para los fines con los que se recaudaron en un principio, según informó la cadena de televisión británica BBC.
"Los países occidentales no pueden entregar las aportaciones destinadas a la población afgana más afectada", informó Oxfam en un claro mensaje, "lo que demuestra una disparidad entre lo que se ha prometido y lo que se ha entregado", rezaba el informe.
MALA SEGURIDAD
La forma en que se invierte las donaciones económicas varía dependiendo del país. Las ayudas que aportan algunos países se hace a través del Gobierno para contribuir a mejorar su gestión pública y a decidir sobre el financiamiento de los programas de desarrollo, aunque dos tercios de la ayuda internacional que reciben los países, no es gestionada por el Ejecutivo.
Un comunicado estadounidense reveló que desde 2001 se ha enviado dos tercios de la cantidad económica que se prometió, con el objetivo de mejorar la seguridad de los países pobres y potenciar la puesta en marcha de determinados proyectos que rezan por el desarrollo del país.
El informe añadió que tan sólo el 6 por ciento del presupuesto total fue empleado gestionado a través del Gobierno afgano para cerciorarse de que las donaciones económicas de los contribuyentes estadounidenses eran destinadas correctamente, lo que implica una falta de confianza al sistema de Gobierno afgano.
