AI y HRW denuncian el incendio deliberado de decenas de aldeas rohingya por parte del Ejército de Birmania

Restos de una casa quemada en el estado de Rajine, Birmania
REUTERS / SOE ZEYA TUN
Actualizado: viernes, 15 septiembre 2017 8:25

MADRID, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) han denunciado el incendio deliberado de decenas de aldeas de mayoría rohingya en el estado de Rajine (norte) por parte del Ejército de Birmania.

AI ha alertado de la existencia de una campaña de tierra quemada a gran escala por parte de las fuerzas de seguridad y grupos parapoliciales, en el marco de su campaña contra los miembros de esta minoría.

La ONG ha indicado en su informe que más de 80 lugares han sido incendiados en el marco de una campaña orquestada, citando datos sobre incendios activos, imágenes por satélite, fotografías, vídeos y entrevistas a testigos.

"Los datos son irrefutables: las fuerzas de seguridad de Birmania están prendiendo fuego al norte del estado de Rajine en una campaña dirigida a expulsar a los rohingyas de Birmania. No se equivoquen: es una limpieza étnica", ha manifestado Tirana Hassan, directora de Respuesta a las Crisis de AI.

"Se observa aquí un patrón claro y sistemático de abusos. Las fuerzas de seguridad rodean un pueblo, disparan a la gente que huye presa del pánico, y luego incendian las casas hasta los cimientos", ha relatado.

Así, Hassan ha señalado que "en términos legales, se trata de crímenes de lesa humanidad: ataques sistemáticos y expulsión forzada de civiles".

AI ha indicado que desde el 25 de agosto se han detectado al menos 80 incendios a gran escala en zonas habitadas del estado, recalcando que durante ese mismo periodo de un mes en los últimos cuatro años no se detectaron incendios de esa magnitud en ningún lugar de Rajine.

En este sentido, ha señalado que los incendios han sido detectados "a lo largo de grandes franjas de zonas predominantemente rohingyas en el estado de Rajine", afirmando que la magnitud de los daños no se puede verificar de forma independiente.

La organización ha alertado de que "es probable que la cifra real de incendios y el alcance de los bienes destruidos sea mucho mayor, ya que la cobertura de nubes durante la estación de los monzones ha dificultado que los satélites capten todos los incendios".

"Además, los incendios más pequeños no son detectados por los sensores de los satélites medioambientales", ha recordado, destacando además que las zonas en las que no residían rohingyas "parecen intactas".

Un testigo residente en Inn Din ha descrito que militares, acompañados de un grupo parapolicial, rodeó el pueblo el 25 de agosto y disparó al aire, antes de irrumpir y abrir fuego indiscriminadamente contra los rohingya que huían.

El hombre ha afirmado que se escondió en una zona boscosa cercana y pudo ver como los militares se quedaban durante tres días en el pueblo, saqueando e incendiando casas.

AI ha señalado que esta situación es similar en zonas urbanas, donde las imágenes por satélite muestran como barrios predominantemente rohingyas de Maungdaw han sido arrasados por las llamas, mientras otras zonas siguen intactas.

ATAQUES SISTEMÁTICOS

La organización ha manifestado que este tipo de 'modus operandi' ha sido relatado por testigos de otras localidades de Rajine, quienes han dicho que las fuerzas de seguridad abren fuego de forma indiscriminada tras llegar a una localidad antes de incendiarla.

"Cuando llegaron los militares, empezaron a disparar contra la gente, que se asustó mucho y echó a correr. Vi a los militares disparar contra mucha gente y matar a dos muchachos", ha dicho un hombre residente en Yae Twin Kyun.

"Utilizaron armas para quemar nuestras casas. En nuestro pueblo había 900 casas; ahora sólo quedan 80. No queda nadie, ni siquiera para enterrar los cadáveres", ha agregado.

Otro rohingya ha denunciado un ataque del Ejército el 26 de agosto contra Myo Thu Gyi, municipio de Maungdaw, afirmando que los soldados dispararon "contra las casas y la gente" y luego "quemaron las casas con botellas de gasolina y lanzacohetes".

AI ha afirmado que "resulta inquietante que, en algunas zonas, las autoridades locales parecen haber advertido de antemano a los residentes locales de que sus casas iban a ser incendiadas", apuntando que sería prueba de que los ataques "son deliberados y planeados".

CRÍTICAS AL GOBIERNO

Hassan ha rechazado las argumentaciones del Gobierno acusando a los rohingyas de haber iniciado los incendios, resaltando que "son mentiras flagrantes".

"Nuestra investigación ha dejado perfectamente claro que sus propias fuerzas de seguridad, junto con grupos parapoliciales, han sido responsables del incendio de los hogares de los rohingyas", ha manifestado.

Asimismo, ha dicho haber recibido información creíble sobre la responsabilidad de rohingyas en el incendio de casas de personas de etnia rajine u otras minorías, si bien ha dicho no haber podido corroborarla.

Hassan ha denunciado la escala de la crisis en Rajine, resaltando que "las cifras hablan por sí solas" y asegurando que "no es ninguna exageración decir que casi medio millón de rohingyas han tenido que huir de sus hogares en algo menos de un año".

"Deben investigarse los delitos cometidos por las fuerzas de seguridad, y los responsables deben rendir cuentas. En última instancia, Birmania debe poner fin también a la discriminación sistemática de los rohingyas, núcleo de la crisis actual", ha explicado.

"Es hora de que la comunidad internacional se despierte y vea la pesadilla que están viviendo los rohingyas. Los datos iniciales señalan que estos ataques están siendo calculados y coordinados en múltiples municipios", ha reiterado.

"Debe ejercerse una presión mucho mayor sobre (la líder 'de facto' del país) Aung San Suu Kyi y los mandos del ejército de Birmania, que siguen perpetrando abusos, para que pongan fin a esta carnicería", ha dicho.

Así, Hassan ha señalado que la Asamblea General que celebrará Naciones Unidas este mes "es una oportunidad para que el mundo demuestre que ha captado el alcance de la crisis actual y adopte una resolución firme que lo refleje".

"El Consejo de Seguridad de la ONU debe ampliar además el mandato de la misión de investigación, a la que las autoridades de Myanmar deben brindar toda su colaboración", ha remachado.

HRW DENUNCIA EL INCENDIO DE 62 LOCALIDADES

Por su parte, HRW ha acusado al Ejército de Birmania de incendiar de forma deliberada localidades rohingya cerca de la frontera con Bangladesh, afirmando que estos actos son "clave en la campaña de limpieza étnica del Ejército birmano contra los rohingya".

Así, ha publicado imágenes por satélite que muestran el incendio de 62 localidades del estado entre el 25 de agosto y el 14 de septiembre, denunciando un "incendio masivo de localidades rohingya en el estado de Rajine".

El subdirector para Asia de HRW, Phil Robertson, ha indicado que "Naciones Unidas y los países miembro deben imponer urgentemente medidas contra el Gobierno birmano para poner fin a estas atrocidades y acabar con el desplazamiento forzoso de rohingya".

HRW ha indicado que su estudio de seis de las aldeas quedaron prácticamente devastadas, con un total de 948 edificios destruidos.

Testigos han relatado situaciones similares a las recogidas por el informe de AI, denunciando la llegada de soldados a las localidades para expulsar a la población e incendiarlas.

Asimismo, HRW ha indicado que "debido a la gran cobertura nubosa, es prácticamente seguro que el número de aldeas afectadas por las llamas en Maungdaw, Buthidaung y Rathedaung es considerablemente mayor".

"La visualización de vehículos militares y soldados en una localidad rohingya mientras arde rellena algunos huecos de las aplastantes imágenes por satélite sobre la destrucción", ha dicho Robertson.

"Los gobiernos deben decir a Ming Aun Hlaing (jefe del Ejército) y a otros altos cargos militares que podrían estar implicados en graves crímenes a menos que actúen rápidamente para detener las atrocidades y hacer que los responsables rindan cuentas", ha apostillado.