MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Un trabajador humanitario ha sido asesinado por jóvenes armados en el estado de Jonglei, en el oeste de Sudán del Sur, convirtiéndose así en el segundo cooperante que ha seguido esta suerte en dos días, según ha denunciado este martes el coordinador humanitario de la ONU en el país, Alain Noudéhou.
Ambos trabajadores humanitarios eran de nacionalidad sursudanesa y trabajaban en servicios de nutrición. "Estoy horrorizado por estos repetidos actos de violencia contra humanitarios", ha reconocido el responsable de la ONU, subrayando que "los trabajadores humanitarios sursudaneses se enfrentan a condiciones difíciles para ofrecer asistencia vital a sus compatriotas y deberían ser protegidos".
"La violencia y la impunidad deben cesar. Necesitamos seguridad para las personas que reciben y que ofrecen la ayuda", ha subrayado Noudéhou, que ha pedido que los responsables sean identificados y llevados ante la justicia.
Según ha indicado la ONU en un comunicado, la nueva víctima es un trabajador de la ONG sursudanesa Nile Hope, al que dispararon jóvenes armados el viernes 30 de octubre en el condado de Canal/Pigi. El fallecido se dirigía a la base de la organización, que trabaja ofreciendo alimentación suplementaria y atención terapéutica a niños desnutridos y madres lactantes. Un compañero resultó herido leve y los servicios humanitarios se han suspendido en la zona.
Un día antes, un trabajador de la ONG Plan International había sido asesinado en Pibor. En total, nueve cooperantes han sido asesinados en lo que va de año, el triple del total de 2019. Desde finales de 2013, cuando estalló el conflicto en el país más nuevo del mundo, 124 trabajadores humanitarios, la mayoría sursudaneses, han sido asesinados.
Según los últimos datos de la ONU, en el país hay 7,5 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria y 1,6 millones de desplazados internos por la persistente violencia como resultado del conflicto, así como por las devastadoras inundaciones ocasionadas por la estación de lluvias.
En este sentido, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) alertó el lunes de que el conflicto y las lluvias torrenciales han profundizado la crisis humanitarias y han provocado que las comunidades sursudanesas hagan frente a un "incrementado riesgo" de hambre, desnutrición y enfermedades en los estados de Ecuatoria Central, Occidental y Oriental.
Así, ha resaltado que miles de personas que han huido de sus viviendas para huir de los combates han perdido el acceso a alimentos, campos de cultivos y cabezas de ganada, mientras que las lluvias han empeorado la situación que atraviesan, especialmente en el estado de Ecuatoria Central.
"Creemos que hay muchas personas viviendo entre los matorrales y que necesitan ayuda urgente", ha dicho el jefe de la subdelegación del CICR en las Ecuatorias, Amro Ibrahim. "Pedimos a todas las partes en conflicto que respeten su obligación bajo el Derecho Humanitario de evitar el sufrimiento humano y garanticen la protección de civiles y sus propiedades", ha agregado.
"LO PERDIMOS TODO"
Los combates entre el Ejército y el rebelde Frente de Salvación Nacional (NAS), liderado por Thomas Cirillo y que no es firmante del acuerdo de paz de 2018, se han incrementado en los últimos meses. También han aumentado los combates entre este grupo y el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-En Oposición (SPLM-IO), encabezado por el antiguo líder rebelde y actual vicepresidente primero, Riek Machar.
Michael, residente en una aldea ahora vacía en Ecuatoria Central, ha relatado que en mayo "llegaron hombres armados de todas partes y quemaron casas, violaron a mujeres, golpearon y asesinaron a personas". "Tuvimos que huir para escondernos en los matorrales", ha dicho, antes de agregar que "perdió todo".
"Perdimos a nuestros hermanos y hermanas, a nuestros seres queridos. Estamos comiendo fruta, raíces y no podemos cultivara nuestros campos. A causa de las lluvias torrenciales, la poco comida que lográbamos guardar se está pudriendo", ha lamentado.
El CICR y la Cruz Roja de Sudán del Sur han logrado entregar ayuda a más de 120.000 personas en estos estados a lo largo del año, si bien el organismo ha alertado de que un reinicio de los combates degradará aún más la situación humanitaria y provocará nuevas oleadas de desplazamiento.
Por último, ha indicado que el acceso a los desplazados es difícil y se ve empeorado por el conflicto, la inseguridad y las restricciones impuestas a causa de la pandemia de coronavirus, por lo que mantiene conversaciones con las partes en conflicto para abordar la situación y buscar soluciones.