Protestas frontera Macedonia con Grecia de refugiados
ALEXANDROS AVRAMIDIS / REUTER
Actualizado: miércoles, 2 marzo 2016 20:30

INDOMENI, 2 Mar. (Reuters/EP) -

El número de migrantes que esperan para cruzar la frontera de Grecia con Macedonia, y que se dirigen al centro y noroeste de Europa, sigue aumentado debido al cierre de la verja que separa los dos países, según han informado este miércoles trabajadores humanitarios de la zona.

En Indomeni, una pequeña ciudad fronteriza del norte de Grecia, los trabajadores han alertado del gran descontrol que hay a causa de la continua llegada de refugiados.

"Hay 11.000 personas aquí y las condiciones son muy malas", ha señalado el voluntario de Médico Sin Fronteras Antonis Rigas. "Nos preocupa que, si llegamos a más de 12.000 personas, la situación se nos vaya de las manos", ha añadido.

Según la Policía macedonia un total de 170 personas han cruzado la verja, que se ha abierto este miércoles una sola vez por la mañana. "Nuestra admisión diaria de migrantes dependerá de cuántos vayan a ser aceptados en los países de la UE", ha afirmado el ministro de Interior, Oliver Spasovski. "Es muy importante admitir a esta gente y asegurar que reciban un tratamiento humano, pero no es menos importante proteger a los ciudadanos macedonios y a la Policía", ha añadido.

El pasado lunes la Policía de Macedonia dispersó con gas lacrimógeno a los cientos de migrantes que se aglomeraban en la frontera con Grecia y que derribaron una verja de metal.

Por su parte, la Unión Europea ha convocado una cumbre de emergencia con Turquía el próximo 7 de marzo, para acordar la distribución de los refugiados. En total, más de un millón de personas huyeron de Siria, Irak y Afganistán el año pasado y cerca de 131.000 han llegado a Europa en lo que llevamos de año.

En Idomeni ha aumentado el número de carpas y tiendas de campaña improvisadas incluso en las zonas de barro, y mucha gente aún sigue sin refugio ni alimento --el tiempo de espera para recibir un sándwich y un huevo cocido es de dos a tres horas--. "Dormiremos en el suelo", ha afirmado Hassan Fatahalla, un hombre de 25 años que ha viajado desde Idlib, en el noroeste de Siria, junto con su mujer embarazada de nueve meses. "Queremos ir a Alemania... será un futuro mejor para el bebé", ha asegurado.

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