CANBERRA 29 Abr. (EP/AP) -
El primer ministro australiano, John Howard, consideró hoy que su promesa de convertir el país en una potencia nuclear no es un riesgo político porque la opinión pública comprende que la energía atómica es necesaria para combatir el calentamiento global.
Howard anunció ayer que su Gobierno, de centro derecha, proyecta revocar las leyes que limitan la extracción de uranio e impiden la construcción de plantas nucleares. Sin embargo, difícilmente llegará a tener la capacidad de construir estas instalaciones, ya que todas las regiones del país están gobernadas por el Partido Laborista, de centro izquierda, opuesto a la energía atómica. Cuando faltan meses para las elecciones, Howard aseguró hoy que los votantes apreciarán la honestidad de su política, que tiene el objetivo de reducir la dependencia de Australia de la energía procedente del carbón, mediante la introducción de la energía atómica.
"No es un suicidio político decir la verdad", consideró el jefe del Ejecutivo en declaraciones a la cadena de televisión Nine Network. "Es sensato facilitar el camino", indicó, en referencia a sus intenciones de cambiar la legislación, tras explicar que las únicas opciones del país son el carbón y el uranio.