ALBERTA, 9 May. (Reuters/EP) -
Las autoridades canadienses han comenzado a inspeccionar este lunes la ciudad petrolera de Fort McMurray, a medida que el incendio se ha ido alejando de las zonas pobladas y que el clima más frío ha ralentizado su propagación.
La primera ministra de la región de Alberta, Rachel Notley, lidera el comité de funcionarios y medios de comunicación que acudirán a inspeccionar Fort McMurra, después de que sus 88.000 habitantes tuvieran que abandonar la ciudad el pasado 1 de mayo.
Notley ha alertado al país de que debían esperar imágenes fuertes, con vecindarios destruidos al completo, aunque, según han asegurado las autoridades, las llamas ya se encuentran lo suficientemente lejos como para que la inspección sea segura.
"El foco del incendio está lejos de la comunidad. Ha crecido pero de manera limitada, y eso es gracias al enfriamiento del clima", ha afirmado un portavoz, Matthew Anderson en la cadena de televisión CBC.
La temperatura se ha enfriado este lunes, con una bajada a 10 grados centígrados con respecto a los 17 grados que hacía el domingo y con la agencia meteorológica canadiense dando una probabilidad de lluvia del 40 por ciento en Fort McMurray.
Se estima que las temperaturas frías se mantengan hasta el jueves, aunque la mayoría del territorio de Alberta se mantiene seco devido a un invierno templado y una primavera cálida.
El Gobierno de Alberta ha comunicado este lunes que el fuego ha consumido 161.000 hectáreas, una estimación que no ha cambiado desde el domingo. Aunque se ha extendido a 40 kilómetros de la frontera con la provincia de Saskatchewan, no se espera que el fuego afecte a la provincia vecina.
La Administración ha declarado que es demasiado pronto para saber cuándo los evacuados podrán volver a Fort McMurray.
Aunque todos los habitantes de la localidad pudieron escapar del fuego sin incidentes, dos personas murieron en un accidente de tráfico durante la evacuación. El jefe de bomberos de Fort McMurray, Darby Allen, ha trasladado sus condolencias a las familias de los dos primos adolescentes que murieron. Emily Ryan, una de las fallecidas, era la hija de un bombero de la ciudad.
