La baja participación en EEUU obliga a los candidatos a enfocarse en los estados bisagra

Elecciones primarias de Estados Unidos
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Actualizado: sábado, 5 noviembre 2016 9:54

La escasa popularidad de Clinton y Trump podría reducir aún más la participación en estas elecciones

MADRID, 5 Nov. (EDIZIONES) -

Los recientes escándalos en los que se han visto envueltos los dos candidatos a la Casa Blanca en las últimas semanas han ido minando su ya exigua popularidad entre los ciudadanos, algo que podría repercutir directamente en la participación en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, históricamente ya de por sí baja.

Las polémicas denuncias contra el republicano Donald Trump por conductas inapropiadas durante su carrera como empresario, recientemente ensombrecidas por la nueva investigación abierta por el FBI contra la ex secretaria de Estado, la candidata demócrata Hillary Clinton, podrían llevar las cifras de participación electoral a niveles incluso inferiores a los registrados durante los últimos años.

Estados Unidos es, en comparación con otros países, uno de los que registra una participación más baja: se encuentra en la posición 31 de los 35 estados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De hecho, en las elecciones presidenciales de 2012, en las que Barack Obama salió reelegido, la participación fue del 53,6 por ciento.

No obstante, es necesario tener en cuenta que este porcentaje no se puede comparar directamente con el de otros países: los electores que depositaron su voto en las presidenciales de hace cuatro años fueron algo más de la mitad de los 240 millones de potenciales votantes, pero cerca del 85 por ciento de los registrados, según un estudio elaborado por el centro de investigación Pew.

Para poder ejercer el voto en Estados Unidos es imprescindible registrarse como votante, un procedimiento que cada estado define de manera individual y que tiene cierta complejidad. Todos aquellos que están en edad de votar pueden hacerlo, pero precisamente esa dificultad a la hora de llevar a cabo el procedimiento de registro hace caer la cifra final de votantes activos.

Si bien prácticamente la totalidad de estudios realizados sobre los efectos de la participación apuntan a que los países con mayor número de votantes gozan de democracias más sanas, no existe unanimidad a la hora de definir un efecto directo de la participación en pro de alguno de los dos partidos.

Algunos estudios recogidos por la Universidad de Harvard apuntan a que una tasa de participación más alta beneficia principalmente al Partido Demócrata. No obstante, durante las últimas tres décadas la participación electoral ha sido similar, oscilando entre el 50 y el 56 por ciento, y durante este período han gobernado tanto demócratas como republicanos.

PARTICIPACIÓN SECTORIAL

Así, dado que la participación electoral ha sido más decisiva en las elecciones locales o en el proceso de primarias, sí es importante tenerlas en cuenta a niveles inferiores: de estado o de sectores de población. En este contexto, el nivel de participación es significativa en los estados bisagra --o 'swing states'-- y aún más, entre los sectores minoritarios.

Históricamente, la comunidad mormona ha sido votante del Partido Republicano y las minorías --como la afroamericana o la latina--, del Partido Demócrata. En este contexto, la relevancia de la participación es sumamente importante, entre otros estados, en Florida, que cuenta con 29 compromisarios del Colegio Electoral --los responsables directos que, en representación de la población del estado, eligen al inquilino de la Casa Blanca--.

Florida, con una importante población latina, podría decantarse hacia uno u otro lado dependiendo de la participación de este sector. Precisamente este año, los datos sugieren que la participación de la población latina será superior, por lo que podría tener una repercusión en favor de la candidatura de Hillary Clinton.

Sin embargo, los datos apuntan a una caída en la participación de los afroamericanos, por lo que esta tendencia podría repercutir negativamente en la campaña de la demócrata.

Esto podría notarse, por ejemplo, en Carolina del Norte --otro de los 'swing states'-- que cuenta con una importante población afroamericana (cerca del 21 por ciento) o en Georgia, que este año se ha sumado a la lista de estados bisagra, y que cuenta con un importante porcentaje de población negra, superior al 30 por ciento.

En este sentido, el estado que más podría favorecer la opción de Donald Trump sería Utah, con una población mormona cercana al 60 por ciento, si bien este no forma parte de esta lista de estados decisivos y ya tiene una tradición de voto republicano --la última vez que el estado se tiñó de azul fue en 1964, año en que fue elegido presidente Lyndon B. Johnson--.

CAMPAÑA ENFOCADA

Es precisamente en los estados bisagra, donde existe más competitividad entre candidatos, en los que más se están enfocando Trump y Clinton; pero también donde mayor tasa de participación se registra: en general, el 66 por ciento de los electores acude a las urnas en estos estados, mientras que sólo el 57 por ciento lo hace en el resto, según la organización Fair Vote, que realiza estadísticas electorales y aboga por un sistema de votación más justo en Estados Unidos.

En lo que va de año, más del 92 por ciento de la actividad de campaña se ha desarrollado en los 'swing states'; más concretamente en cuatro estados: Florida, Ohio, Carolina del Norte y Pensilvania.

En comparación, ha sido Trump quien ha realizado más actos fuera de este grupo de estados (el 11 por ciento), mientras que Clinton sólo lo ha hecho en dos ocasiones: una, en Nebraska --donde el voto electoral se distribuye en función del porcentaje de votos de los ciudadanos--, y en Illinois, muy próximo al anhelado Ohio, el estado que históricamente todo candidato ha conquistado antes de llegar a la Casa Blanca.

A tres días de las elecciones, Clinton parte con ventaja en Florida y Carolina del Norte, donde se sitúa por delante de su rival republicano por uno y cuatro puntos, respectivamente, según el último sondeo elaborado por la Universidad de Quinnipiac y publicado este miércoles.

Sin embargo, es Trump quien se adelanta a la demócrata en el estado de Ohio, con un 46 por ciento en intención de voto y un margen de un punto sobre su rival directa.

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