Actualizado: miércoles, 23 septiembre 2015 3:35

MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha mostrado este martes su "gran preocupación" por el recrudecimiento de los enfrentamientos terrestres y los bombardeos en Yemen.

Este mismo martes, al menos 20 personas han muerto, en su mayoría civiles, como consecuencia de un ataque aéreo de la coalición militar que lidera Arabia Saudí contra dos viviendas en la capital yemení, Saná, según ha informado fuentes locales y sanitarias.

El ataque llega un día después de que varios ataques aéreos acabaran con la vida de unas 50 personas cuando las fuerzas terrestres de países del Golfo intentan avanzar frente a las posiciones de los huthis en la capital yemení.

En su comunicado, Ban ha recordado a las partes en conflicto su obligación a tomar todas las precauciones necesarias para evitar víctimas entre la población civil, recalcando que los responsables de violaciones del Derecho Internacional deben rendir cuentas.

Asimismo, ha aplaudido la liberación por parte de los huthis de seis extranjeros que mantenía retenidos, afirmando que "es un paso para reducir las tensiones en la región y allanar el camino hacia un acuerdo pacífico que ponga fin al conflicto en Yemen".

Arabia Saudí asumió el 25 de marzo el liderazgo de la 'Operación Tormenta Definitiva', con la que, junto a otros nueve países de la región, tiene como intención declarada "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.

Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.

El presidente yemení había apelado directamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que autorizara una intervención militar para frenar "la agresión de los huthis" contra su Gobierno, que tuvo que exiliarse en Riad.

La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.

Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.

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