RANGÚN, 27 Sep. (EP/AP) -
Unos 10.000 manifestantes han vuelto a desafiar a la Junta Militar birmana, que ha impuesto la prohibición de reuniones públicas de más de cinco personas, concentrándose en las proximidades de la Pagoda Sule de Rangún, uno de los templos budistas más significativos de las protestas de los últimos días en todo el país.
Los soldados que desde ayer ocupan las calles de las diferentes ciudades lanzaron gases lacrimógenos contra la multitud, que mostraba así su rechazo a las redadas que a primera hora de esta mañana realizaron las autoridades en monasterios budistas en los que muchos monjes han sido golpeados y detenidos.
