BRUSELAS, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea trabaja con los Estados miembros sobre la posibilidad de recrudecer las sanciones que pesan desde 1996 sobre Birmania que, en cualquier caso, deberán asegurar que no perjudican a la población de un país que se encuentra entre los más pobres del mundo.
El portavoz de Desarrollo y Ayuda Humanitaria del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj, afirmó hoy que "si tomamos más medidas tienen que dirigirse a los responsables del régimen". "Tenemos que tener cuidado para que ninguna medida adicional perjudique a la población civil", añadió.
De momento, la Comisión trabaja junto a los Estados miembros para cumplir la decisión que tomaron ayer los 27 embajadores europeos en Bruselas de estudiar posibles opciones de cara a la crisis birmana entre la que figura reforzar, de manera "dirigida", las sanciones políticas y comerciales que la UE impuso al país asiático en 1996.
Por otra parte, Altafaj insistió hoy en la "preocupación" que sigue causando en Bruselas el desarrollo de los acontecimientos, igual que reiteró la necesidad de que la comunidad internacional tenga "una sola voz", incluyendo también a países que como China apoyan a la Junta Militar.
Recordó el llamamiento a las autoridades birmanas para que "se contengan en el uso de la violencia" y dijo que la Comisión no dispone de momento de informaciones precisas sobre el número de víctimas que pueden haberse producido ni de la situación en la que se encuentran las "docenas" de monjes y ciudadanos que han sido detenidos cuando ejercía su "inalienable libertad de expresión y asociación".
