ROMA, 30 Sep. (EP/AP) -
El papa Benedicto XVI sumó hoy su voz a los diversos actores de la comunidad internacional que piden a los dirigentes militares de Birmania que pongan fin a la represión contra los grupos de manifestantes que demandan la democratización del país.
El Santo Padre hizo sus primeros comentarios públicos en torno a la situación birmana unas horas después de que un enviado especial de las Naciones Unidas se reunió con algunos gobernantes de ese país y la dirigente opositora Aung San Suu Kyi, cuya resistencia pacífica al régimen le valió el premio Nobel de la paz en 1991, así como varios años de arresto domiciliario.
"Sigo con gran turbación estos acontecimientos tan graves", declaró el papa a los peregrinos desde su residencia de descanso de Castel Gandolfo, situada a las afueras de Roma.
El Pontífice expresó su cercanía espiritual con el "querido" pueblo de Birmania durante su "doloroso juicio" y le pidió a toda la Iglesia católica que siga su ejemplo al orar por ellos.
