Boko Haram siembra el terror y provoca miles de desplazados tras incrementar los ataques en Diffa (Níger)

ACNUR y MSF expresan su preocupación por el deterioro de la situación ante las crecientes necesidades de desplazados y refugiados

Níger.- ACNUR alerta de la situación en Diffa (Níger), donde los civiles son "bl
ACNUR/IBRAHIM ABDOU
Europa Press Internacional
Publicado: martes, 9 abril 2019 18:44

MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

El grupo terrorista Boko Haram ha intensificado en los últimos meses sus ataques en la región de Diffa, en el sureste de Níger, donde no solo las fuerzas de seguridad sino cada vez más la población civil se está convirtiendo en "blanco", provocando una nueva ola de desplazamiento masivo que genera preocupación entre las organizaciones humanitarias.

Según Babar Baloch, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la agencia está "extremadamente preocupada por el alarmante aumento de ataques tanto sobre refugiados como población local en el sureste de Níger" donde en el mes de marzo murieron 88 personas.

Desde que comenzó el año se ha producido "un repunte de los ataques violentos por parte de Boko Haram", ha denunciado el portavoz, subrayando que el objetivo de los mismos no han sido solo los miembros de las fuerzas de seguridad sino también la población civil.

Como resultado de ello, 18.000 personas se han visto desplazadas, en muchos de los casos por segunda o tercera vez. Muchas de ellas, según el portavoz, han buscado seguridad en la ciudad de Diffa. En la actualidad, en la región del mismo nombre hay unos 250.000 desplazados forzosos, de los que casi la mitad son refugiados procedentes de Nigeria que han llegado huyendo de los ataques de Boko Haram al otro lado de la frontera.

Ante esta situación, ACNUR está trabajando con sus socios humanitarios y con el Gobierno de Níger para ayudar a los nuevos desplazados. "Estamos intentando reubicar a unos 10.000 refugiados desde diversas localizaciones cercanas a la frontera hasta el campo de refugiados de Sayam Forage, a unos 45 kilómetros del límite", ha precisado Baloch.

Por otra parte, según las informaciones de que dispone ACNUR, los últimos ataques también han provocado movimientos en sentido inverso, con desplazados que han cruzado la frontera con Nigeria hacia lugares como Damasak y Maiduguri. "Huyen por miedo a la cada vez mayor inseguridad en la región de Diffa, además de por necesidad de buscar ayuda humanitaria", ha explicado Baloch.

"El empeoramiento del conflicto en torno al lago Chad está teniendo un impacto cada vez mayor para la comunidad local y para los desplazados y refugiados del sureste de Níger", ha denunciado por su parte el coordinador del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Diffa, Souleymane Ba.

NECESIDADES ACUCIANTES DE LA POBLACIÓN

"Miles de personas se han visto obligadas a desplazarse de nuevo, las necesidades de la población son cada vez más acuciantes y la capacidad de respuesta de las organizaciones de ayuda sigue sin ser suficiente", ha alertado.

Según la ONG, al menos 30 civiles murieron y varias decenas más resultaron heridos en los ataques registrados entre el 23 y el 26 de marzo en Nguigmi y otras localidades de Diffa, en los que además unas 380 casas fueron quemadas o destruidas.

"Nuestra comunidad está de luto. Necesitamos todo el apoyo posible, comida y refugio, porque todos hemos perdido niños y bienes", ha contado a MSF Boulama, un refugiado nigeriano que perdió a su hija de 7 años en uno de los ataques. "Soy sastre y me gano la vida cosiendo, pero mi máquina de coser también se ha quemado", ha añadido.

Estos ataques son "uno más en la larga lista de episodios violentos que sufre la región desde hace semanas", ha subrayado el responsable de MSF. "La inestabilidad en torno al lago Chad cada día es mayor y eso hace que el sufrimiento de la población se intensifique, obligando, día tras día, a muchas personas a huir", ha lamentado Ba.

Tras estos ataques, los equipos de la ONG intervinieron para apoyar el tratamiento de los heridos en el hospital de Nguigmi y evacuaron los casos más graves al hospital regional en Diffa, además de distribuir artículos de primera necesidad.

"Nuestros psicólogos han brindado apoyo inmediato de salud mental a niños y adultos, con sesiones individuales y grupales para cerca de 400 personas", ha explicado el coordinador. Muchas de las personas a las que han visto los trabajadores de MSF "tenían depresión, insomnio y otros síntomas relacionados con las experiencias traumáticas que habían experimentado", ha añadido.

LA POBLACIÓN ESTÁ ATERRORIZADA

Malam Issa es uno de los que tienen pesadillas tras lo vivido el 26 de marzo. "Tengo pesadillas porque fui yo quien recogió el cadáver quemado de mi padre. Mis hijos están traumatizados y no pueden dormir", ha contado a MSF este refugiado nigeriano que vivía en Nguigmi. "La seguridad aquí ya no está garantizada y no tenemos comida ni refugio", ha denunciado.

"Son personas fuertes, pero muchas están llegando a su límite", ha insistido Ba, que lo considera "normal porque la situación aquí en los últimos tiempos se ha hecho insoportable". "Algunos como Atchagana habían huido de su país pensando en encontrar la paz aquí, y sin embargo se encuentran con que la pesadilla les persigue vayan donde vayan. Otros vivían en paz en el área hasta que el conflicto se extendió a este lugar y ahora viven con miedo constante", ha subrayado.

"En vista de cómo están las cosas y ante la amenaza de que se produzcan nuevos ataques, nos estamos preparando para poder hacer llegar ayuda adicional", ha explicado Ba, que ha sostenido que "dada la magnitud de la crisis", hace falta una movilización mayor de las organizaciones humanitarias para "poder cubrir al menos las necesidades más básicas de esta población en materia de comida, refugio, agua potable y saneamiento".

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