Jair Bolsonaro
REUTERS / RICARDO MORAES
Actualizado: lunes, 8 octubre 2018 17:02

RÍO DE JANEIRO, 8 (Reuters/EP)

El ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro ha aclarado este lunes, en sus primeras declaraciones tras ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales, que no se convertirá en un candidato de "paz y amor", sino que mantendrá su discurso de línea dura de cara a la segunda vuelta del 28 de octubre.

Como prueba de ello, ha aprovechado su primer 'tweet' para ratificar algunas de sus promesas electorales: "Reduciré el número de ministerios, extinguiré y privatizaré las (empresas) públicas, combatiré el fraude en (el programa) Bolsa-Familia para que quien lo necesite pueda tener amparo humanitario, descentralizaré el poder dando más fuerza económica a los estados y municipios". "La política al servicio de los brasileños", ha remachado.

También ha recuperado su ofensiva contra la corrupción: "Es la que deja sin leche los hospitales, sin seguridad las calles y sin dinero los bolsillos. Eso es lo que queremos impedir". "Un gobierno corrupto estimula el crimen en todas las esferas", ha esgrimido, por lo que ha prometido "gobernar con el ejemplo".

Además, ha clamado contra la polarización que ha causado la campaña electoral entre los brasileños. "Brasil es uno solo", ha defendido, "todos estamos en el mismo barco que se hunde en la violencia y en la corrupción generalizada". "Priorizando (la solución a) esos dos problemas (...) Brasil dará el primer paso rumbo a la prosperidad", ha augurado.

MANIOBRAS EN EL CONGRESO

Por otro lado, ha revelado, en declaraciones citadas por la agencia de noticias Reuters, que ya ha comenzado los contactos con los recién elegidos diputados y senadores para forjar una base aliada en el Congreso que será clave para sacar adelante los planes de su eventual gobierno.

El Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro, que hasta ahora contaba tan solo con ocho diputados, ha dado la sorpresa en la cámara baja ampliando su bancada a los 52, un crecimiento meteórico que le sitúa como segunda fuerza del Congreso y que ninguna encuesta había vaticinado.

Sea quien sea el próximo presidente brasileño tendrá que lidiar con un Congreso sumamente fragmentado. Habrá 30 partidos representados en la cámara baja y otros 21 en el Senado con una fuerte presencia de la derecha y un 'gran centro' mayoritario. La izquierda, por su parte, ha quedado desdibujada.

"Hablaremos con cualquiera que desee hablar con nosotros ahora", incluidos algunos legisladores del Partido de los Trabajadores (PT), cuyo candidato presidencial, Fernando Haddad, se medirá con Bolsonaro en la segunda vuelta, ha dicho Onyx Lorenzoni, asesor político del líder ultraderechista.

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