Los bomberos trabajan contrarreloj por temor a que los fuegos se unan y al deterioro de las condiciones

Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 21:45

En las próximas horas se esperan tormentas secas y para el miércoles subirán las temperaturas y habrá más viento

SIDNEY, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los bomberos australianos están trabajando contrarreloj para tratar de controlar los graves incendios que están arrasando el estado de Nueva Gales del Sur ante el temor a que dos de ellos puedan fusionarse y al inminente deterioro de las condiciones meteorológicas.

El comisario de los Servicios de Bomberos Rurales del estado, Shane Fitzsimmons, ha informado este lunes de que el incendio en State Mine, en Lithgow, podría unirse con el que está arrasando el Monte Victoria. "Las previsiones indican que es muy probable, ante las condiciones meteorológicas previstas, que estos dos incendios (...) se fusionen en algún punto", ha advertido, según informa la BBC.

En "el peor de los escenarios" el fuego podría unirse a un tercer incendio en Springwood, si bien Fitzsimmons ha confiado en que con los enormes esfuerzos que se están haciendo para combatir las llamas "no llegue tan hacia el este".

Según Fitzsimmons, en Nueva Gales del Sur, donde ayer se declaró el estado de emergencia, continúan activos 58 incendios, catorce de los cuales están fuera de control.

Los bomberos seguirán trabajando durante la noche para intentar poner freno a las llamas y en algunos casos están procediendo a quemas controladas para tratar de contener así el fuego y evitar que los dos grandes incendios se fusionen.

El Servicio de Bomberos Rural (RFS) ha elevado este lunes el nivel de peligro para el incendio de State Mine, cerca de Lithgow, y mantiene la alerta en el caso de los incendios en Monte Victoria, Springwood y Hall Road, si binen las autoridades han advertido de que la situación podría empeorar en cualquier momento, informa la cadena australiana ABC.

EMERGENCIA "SIN PARANGÓN"

El RFS ha advertido de que la amenaza de los incendios forestales en este estado suponen una emergencia "sin parangón". Al menos 200 viviendas han quedado arrasadas hasta ahora y por ahora solo se tiene constancia de un muerto, un hombre que sufrió un infarto mientras trataba de proteger su casa de las llamas.

El estado de emergencia permitirá a partir de ahora a las autoridades proceder a la evacuación forzosa de los habitantes, así como a cortar el suministro eléctrico y de agua e incluso a demoler edificios llegado el caso.

Los servicios meteorológicos prevén que las condiciones empeoren a partir del miércoles, con temperaturas altas y fuertes vientos. Fitzsimmons ha reconocido que el hecho de que los vientos se refuercen "otros 10 kilómetros más, será bastante problemático".

Además, a última hora de la tarde, ha advertido de que las próximas horas están previstas tormentas secas si que se espere que haya "lluvias significativas" en las zonas que están ardiendo. En este sentido, el responsable de los bomberos ha subrayado que la posibilidad de rayos constituye "otro punto de atención" ya que habrá que estar atentos a "nuevos focos con vuelos de detección".

Entretanto, el Ejército australiano sigue investigando si un ejercicio de entrenamiento con explosivos podría haber iniciado el incendio en State Mine, uno de los más graves.

Además, este lunes un niño de 11 años ha sido imputado por haber provocado intencionadamente dos incendios el pasado 13 de octubre en la zona de Port Stephens. Previamente, las autoridades también habían detenido a otro menor de 15 años por haber provocado un incendio.