Brown descarta convocar generales tras su cuarta derrota y pide al laborismo "confianza" hasta 2010

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Actualizado: viernes, 25 julio 2008 11:19

   LONDRES, 25 (EUROPA PRESS)


   El primer ministro británico, Gordon Brown, reclamó hoy la "confianza" de su partido hasta las generales de 2010 horas después de sufrir su cuarto revés electoral consecutivo en uno de los feudos hasta ahora más seguros del laborismo, Glasgow Este, cuya pérdida podría precipitar el debate acerca de la continuidad de un dirigente hundido en los sondeos y que cuenta los comicios por derrotas en el poco más de un año que lleva en el número 10 de Downing Street.

   Con la falta de autoridad sobre unas bases que cuestionan abiertamente su liderazgo y una oposición que demanda el inmediato adelanto de las legislativas, Brown se enfrentó en el peor de los escenarios posibles a una de las citas más importantes de su formación, el Foro de Política Nacional que este fin de semana se celebra en Warwick, pero con el mensaje claro de que prevé agotar la legislatura.

   Así, aunque los efectos del fracaso de ayer se verán tamizados por la paralización de la actividad parlamentaria debido al receso estival, el primer ministro es consciente de su vulnerabilidad y, por ello, en su intervención de hoy apeló a sus filas a "tener confianza" en las políticas que pretende promover en el próximo bienio para "convencer" a los británicos de que renueven el apoyo que desde 1997 ha mantenido a los laboristas en el poder.

   En este sentido, retomó la teoría que mantiene desde la primera derrota en las locales del 1 de mayo de atribuir los contratiempos en las urnas a la "preocupación de la gente" por el alza de los precios y propuso una revolución encaminada al ahorro, especialmente en el ámbito energético, con la que apelar al bolsillo de los ciudadanos y eliminar la traba responsable, en su opinión, de horadar las posibilidades de lograr una cuarta victoria en las generales.

   Además, como contrapunto, aprovechó para advertir del retroceso que supondría la vuelta de un Gobierno conservador y sus políticas recesivas en materias sociales, como el gasto en educación o salud, y de "recortes masivos" de impuestos para las rentas más altas. "No quiero levantarme de aquí en 24 meses y ver eso", subrayó, en lo que supuso la confirmación de su descarte a un adelanto electoral con el que había llegado a jugar cuando tomó posesión en junio de 2007 y que quedó definitivamente rechazado en octubre.

   GENERAR CONFIANZA

   En consecuencia, su objetivo en su primera comparecencia en el foro, organizado precisamente para empezar a definir la estrategia para la cita de 2010, fue infundir confianza al escepticismo laborista, que cuestiona incluso el sentido de organizar una convocatoria sobre justicia, educación, salud o relaciones internacionales, para preparar unos comicios que dan por perdidos

   Pese a ello, la cita aumentará la presión sobre Brown a raíz de la importante contestación que se espera por parte de sectores como el de los sindicatos, uno de los principales soportes financieros del partido, que prevén presentar a Brown una batería de un centenar de exigencias que podrían llevar a retirar su apoyo en caso de no obtener el eco esperado.

   Con todo, con el receso estival del curso político a punto de comenzar, en el foro de este fin de semana no se prevén movimientos definitivos, a la espera del Congreso laborista del próximo mes de septiembre que se presenta crucial para el futuro político de Brown a medio plazo.

   En este sentido, el primer ministro aprovechó su comparecencia de hoy, sin atril y para la que tampoco se ayudó de anotaciones, para subrayar que "se puede construir un futuro más brillante". "Tened confianza de que no sólo tenemos las políticas adecuadas, sino que cuando llegue el momento, seremos capaces de convencer a los británicos", declaró, tras realizar un repaso por los logros recabados durante los 11 años de gestión.

   Así, en su intento por mantener la moral del partido, mantuvo que "si se pudo lograr todo eso, pensad qué más se podrá hacer", incluso en un contexto de "tiempos difíciles", formulación de cabecera que emplea para referirse a la crisis económica. "Dejadnos recordar qué hicimos para avanzar los que seguiremos haciendo en los tiempos que nos quedan", aseveró, puesto que, en su opinión, "no hay nada en Gran Bretaña que no pueda ser corregido".

   SITUACIÓN GRAVE

   Sin embargo, tanto dirigentes orgánicos como miembros del Gobierno reconocen la gravedad de la situación tras las elecciones de ayer, que podrían suponer el toque de gracia final a la trayectoria de un Brown que esperaba los resultados en una de las siete circunscripciones de su ciudad natal como un balón de oxígeno que le permitiese emprender la remontada.

   En consecuencia, la resaca de esta cuarta derrota consecutiva podría acelerar los acontecimientos en el seno laborista, que se encuentra en el peor de los escenarios posibles, ya que el desalojo en el que constituía uno de los escaños más seguros del partido supone el último escalón de una tendencia que apunta que la pérdida de la mayoría en el Parlamento será una realidad cuando se celebren las generales previstas para dentro de dos años.

   Una situación ante la que Gordon Brown aparece en todos los sondeos como el desencadenante de la catástrofe tras la severa pérdida de prestigio desde que tomó el relevo de Tony Blair. Así, aunque las elecciones de ayer suponen tan sólo un asiento en Westminster, la pérdida de feudos hasta ahora férreos del laborismo revelan la corriente que domina en el país e indican un cambio de tendencia que apartaría a los conservadores de los escaños de la oposición que ocupan de forma ininterrumpida desde 1997.