Bush pide al Congreso demócrata apoyo a su plan para Irak

Actualizado: miércoles, 24 enero 2007 9:27


MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS/Carlos López) -

El presidente de Estados Unidos llevó a cabo este martes su discurso sobre el Estado de la Unión en una posición muy diferente a la protagonizada el año pasado en la que el inquilino de la Casa Blanca contaba con el apoyo mayoritario del Congreso y no como ahora con los demócratas en el poder legislativo y una oposición clara a su estrategia para Irak.

Durante un discurso de algo menos de cincuenta minutos, el presidente norteamericano pidió a la nueva mayoría liberal apoyo a sus tesis sobre la conveniencia de incrementar las tropas en Irak para lograr sacar al país de la espiral de violencia sectaria en el que se encuentra, reclamando "una oportunidad" para su plan.

Bush explicó durante la parte del discurso dedicada a Irak que el Congreso, tanto liberales como conservadores, apoyó en su día la entrada de Estados Unidos en guerra en el país árabe y destacó que nadie busca "el fracaso" por lo que pidió el apoyo a su plan como medio para apoyar a las tropas que se encuentran en el terreno.

La guerra en Irak, aseguró Bush, cambió de características con la llegada de la violencia sectaria y defendió su política asegurando que la guerra en la que se encuentra el país en estos momentos no tiene nada que ver con la guerra que encontró Estados Unidos cuando hace casi cuatro años invadió el país árabe.

Para el presidente norteamericano es imposible la retirada de Irak sin lograr pacificar la región, ya que supondría "abandonar a los aliados" y poner "en riesgo la seguridad del país". Bush pidió así al Congreso el apoyo a su plan para solucionar los problemas actuales y dar un giro de los acontecimientos "hacia la victoria".

BATALLA EPICA

En su discurso sobre el Estado de la Unión, Bush no dudó en asegurar que de retirarse Estados Unidos de Irak, las consecuencias tendría serias repercusiones en toda la región ya que se sucedería una "batalla épica" que enfrentaría a chiítas apoyados por Irán y suníes apoyados por Al-Qaeda y los seguidores de Sadam Husein.

Esta situación facilitaría el contagio de la violencia a otros países del área lo que supondría "un escenario de pesadilla para Estados Unidos" con un Gobierno iraquí que sería derrocado por los extremistas y tendría consecuencias terribles para los norteamericanos.

Dentro de esta voluntad de continuar con su apoyo al Gobierno de Bagdad se encuentra el plan de Bush para incrementar el número de efectivos con los que cuenta el Ejército y el cuerpo de marines estadounidenses, que podría incrementarse en 92.000 en cinco años de lograr Bush el apoyo del Congreso.

POLITICA MIGRATORIA

El presidente Bush, que eligió para esta comparecencia ante el Congreso los colores del Partido Demócrata en su indumentaria, pidió resolver la situación de ilegalidad en la que se encuentran numerosos inmigrantes en Estados Unidos pero aseguró que la solución a dicha situación no se encontraba en una amnistía.

Bush pidió a la mayoría demócrata del Congreso iniciar un debate serio e integrador de forma que el Capitolio y la Casa Blanca pudieran alcanzar un acuerdo en materia de inmigración que pudiera aunar la necesidad de garantizar la seguridad de las fronteras del país con el mantenimiento del crecimiento económico de Estados Unidos.

En este sentido, y como ya había anunciado en anteriores ocasiones, Bush señaló que era necesario llevar a cabo un programa de trabajadores temporales que puedan dar cabida a los casi doce millones de ilegales que se encuentran en estos momentos trabajando en el país de forma irregular.

Bush destacó que entre las medidas adoptadas por su Gobierno para el control de la inmigración ilegal y la vigilancia de las fronteras se había producido un aumento del número de agentes policiales y se había financiado una nueva infraestructura y equipamiento tecnológico para reducir el paso de irregulares.

REDUCCION DE LA DEPENDENCIA ENERGETICA

Uno de los aspectos más importantes del discurso de Bush sobre el Estado de la Unión fue la referencia al control del consumo energético y más en concreto el presidente estadounidense hizo referencia a un plan para reducir de aquí a 2017 un 20% el consumo de gasolina tanto para acabar con la dependencia exterior como para limitar la emisión de gases contaminantes.

Para llevar a cabo esta reducción el presidente Bush propuso el incremento del uso de energías renovables y combustibles alternativos, acompañado de una reforma y modernización de las actuales características de consumo de los vehículos utilitarios e imponer los estándares que los camiones ligeros poseen ahora mismo.

Paralelamente, esto beneficiará el control del cambio climático e irá unido a un incremento de la producción de productos energéticos nacionales con un menor impacto medioambiental y duplicar la actual capacidad de las Reservas Estratégicas de Petróleo (SPR por sus siglas en inglés) de 1.500 millones de barriles para 2027.

Por otro lado, el presidente Bush destacó también la necesidad de reformar el sistema de cobertura sanitaria que actualmente existe mediante un plan de recorte de impuestos que facilitaría el acceso de las familias a planes sanitarios y situaría la percepción de estos beneficios como un bien impositivo en el caso de no tratarse de planes privados.