Reuters
Actualizado: lunes, 12 enero 2009 23:35


NUEVA YORK, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

George W. Bush, que la próxima semana pondrá fin a ocho años como presidente de Estados Unidos, volvió a reconocer este lunes algunos de los errores que cometió durante su etapa en la Casa Blanca, aunque defendió a capa y espada las líneas generales de su mandato tanto en materia doméstica como internacional, y justificó algunas de las medidas más polémicas de su administración rememorando los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Antes de que el próximo martes entregue el mando a Barack Obama, el presidente Bush hizo un extenso repaso a su gestión en la última rueda de prensa en la Casa Blanca para despedirse de los periodistas que le han seguido desde su victoria en las elecciones del año 2000. Tuvo tiempo para advertir a la nueva administración que la gran amenaza a la que tendrá que hacer frente es a un nuevo atentado en su territorio y para responder a quienes le han culpado de la actual crisis financiera internacional.

"La amenaza más urgente que deberán afrontar Barack Obama y los próximos presidentes será tener que lidiar con un atentado contra nuestro territorio. Me gustaría que no fuera así, pero todavía hay enemigos por ahí que quieren perjudicar a Estados Unidos.", afirmó Bush, quien volvió así a emplear su discurso más belicista, el mismo que le llevó a revalidar su mandato en las elecciones de 2004 frente al demócrata John Kerry.

En los meses posteriores al fatídico 11-S la popularidad de Bush superaba el 80 por ciento, pero ahora las encuestas le sitúan como uno de los peores presidentes en la historia. Para defenderse de las críticas por algunos temas polémicos como Guantánamo o las torturas en los interrogatorios, no dudó en volver a rememorar aquellos días. "La gente se preguntaba, ¿cómo no ataron bien los cabos?'. Empezamos a adoptar algunas medidas y la gente empezó a preguntarse, '¿cómo están atando los cabos?'".

"ABU GRAHIB FUE UNA GRAN DECEPCIÓN"

Aunque reconoció que Abu Ghraib fue una "gran decepción" de su mandato, el presidente volvió a insistir hoy en que durante aquellos años se adoptaron decisiones que la gente pedía, y sobre la ausencia de armas de destrucción masiva de Sadam Husein, el principal argumento que empleó para iniciar la invasión de Irak, dijo hoy que "no sé si eso lo consideran un error, pero fueron asuntos que no fueron como estaba previsto".

De todas formas, reconoció que se equivocó cuando proclamó la victoria en el país árabe tan solo un mes después de la invasión de Irak. "Había una pancarta con la frase 'Misión Cumplida' dirigida a los marineros del barco, pero transmitió un mensaje más amplio. Para algunos decía 'Bush cree que la guerra en Irak ha terminado', pero yo no lo creía. Sin embargo, transmitió un mensaje erróneo", afirmó en referencia al acto celebrado en el 'USS Abraham Lincoln' el 1 de mayo de 2003.

Por otro lado, aconsejó a Obama hacer siempre lo que considere mejor para el país sin tener en cuenta las voces críticas. "Si crees que es lo correcto, evita la autocompasión y prepárate para el momento en que realmente te golpeen. Sí, tú eres el presidente", aseguró Bush. "Pero no permitas que las voces críticas que seguramente surgirán durante tu administración te hagan dejar de buscar lo que consideres mejor para el país", añadió.

NUNCA ME SENTÍ SOLO

A pesar de las críticas, Bush aseguró que durante sus años de mandato nunca se sintió solo en la Casa Blanca y se mostró confiado de que el presidente Obama tampoco se sentirá así. "Seguro que él tampoco se sentirá solo porque tiene una familia fabulosa y sólo está a 45 segundos de una gran mujer y dos hijas que le quieren mucho", indicó el todavía presidente, quien en reiteradas ocasiones deseó suerte a su sucesor.

En otro momento de la rueda de prensa, Bush aseguró que cuando llegó a la Casa Blanca heredó una situación de recesión y que termina su mandato en una situación similar, pero recordó que durante todo este tiempo también hubo 52 meses seguidos de crecimiento de empleo y recortes de impuestos para la clase trabajadora. ¿Quién puede gastar mejor su dinero, la gente o el gobierno?. La gente, evidentemente", subrayó.

De hecho, sobre la crisis sin precedentes en los mercados financieros internacionales, Bush aseguró que la pregunta no es cuándo empezó el problema sino qué se hizo desde el momento en que se reconoció su existencia. "Acepto que tuve que renunciar a algunos de mis principios de libre mercado", indicó, tras lo cual reiteró unas palabras que hace un par de meses causaron sorpresa: "Wall Street se emborrachó y nosotros sufrimos la resaca".

El presidente también se refirió a otro de los momentos más polémicos de su administración sobre su actuación tras el huracán Katrina que asoló Nueva Orleans, y aunque aceptó que quizá las cosas podrían haberse hecho mejor -pasaron cinco días hasta que visitó por primera vez la ciudad- este lunes volvió a repetir que ordenó a unas 30.000 personas que desde un primer momento ayudaran a los damnificados y que su presencia física no hubiese aportado nada.