YAMU (CACHEMIRA), 29 Ene. (EP/AP) -
Dos soldados indios murieron y otro resultó herido en violentos combates registrados hoy entre las fuerzas de seguridad y milicianos islamistas en la región de Cachemira controlada por India, informó un portavoz militar, S.D. Goswami.
Las fuerzas de seguridad rodearon una vivienda de la localidad de Kishtwar, situada a unos 210 kilómetros al norte de la capital de invierno del Estado de Yamu-Cachemira, tras recibir un información que apuntaba a la presencia de insurgentes. "Los combates prosiguen aún, por lo que se desconoce el número de milicianos y su filiación", explicó Goswami.
Por otra parte, las autoridades indias informaron hoy de que dos agentes de policía fueron detenidos y dos más fueron suspendidos en la región cachemira por su presunta implicación en el asesinato de un hombre confundido por error con un miliciano pakistaní, informó el jefe de la policía estatal, Gopal Sharma. Los suspendidos son dos mandos de la policía, mientras que los dos detenidos son agentes.
Abdur Rahman Padder, un carpintero de 35 años, desapareció de su domicilio de Srinagar, la capital estatal de verano, el pasado 23 de enero. Padder murió de un tiro durante una operación de las fuerzas de seguridad indias en la localidad de Ganderbal, situada a 20 kilómetros al noreste de Srinagar, la misma noche que desapareció.
En un primer momento, la Policía aseguró que se trataba de Abu Hafiz, un miembro paquistaní del grupo Lashkar e Tayyaba, y que estaba en posesión de un fusil de asalto y una granada. La Policía comenzó a investigar por otro la desaparición de Padder, por lo que finalmente descubrió el error de las fuerzas de seguridad.
"Padder murió en un tiroteo falso. Hemos solicitado a las autoridades la exhumación de su cadáver para obtener más datos", explicó un responsable policial que participa en la investigación, Farooq Ahmed.
Más de 68.000 personas han muerto desde que los rebeldes iniciaron un levantamiento en 1989 para reivindicar la independencia de Cachemira o su adhesión a Pakistán. India acusa a su vecino de armar y entrenar a los rebeldes, pero Islamabad sólo reconoce que apoya moral y diplomáticamente a los islamistas.
