WASHINGTON, 4 Dic. (Reuters/EP) -
La Casa Blanca ha expresado este martes su rechazo a los intentos iniciados por algunos senadores para imponer nuevas sanciones contra Irán y ha sostenido que ello podría ser interpretado como una prueba de "haber negociado (el acuerdo sobre el programa nuclear iraní) de mala fe".
"Si aprobamos sanciones ahora, incluso si es con aplicación diferida, tal y como se ha debatido, los iraníes y nuestros aliados internacionales creerán que hemos negociado de mala fe", ha sostenido el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
En noviembre, un grupo de catorce senadores demócratas y republicanos afirmó que trabajarán juntos para preparar la legislación necesaria para imponer nuevas sanciones contra Irán, a pesar de la petición del presidente, Barack Obama, en contra de esta opción.
Entre ellos figuran el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Charles Schumer, y el miembro de los comités de Servicios Armados y Relaciones Exteriores de esa misma cámara John McCain.
Pese a que dicho anuncio fue formulado antes del acuerdo entre el Grupo 5+1 --integrado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania-- y Teherán, los senadores han asegurado que continuarán con sus esfuerzos.
En virtud del acuerdo, Irán se ha comprometido entre otros a detener el enriquecimiento de uranio por encima del 5 por ciento y a desmantelar las conexiones técnicas necesarias para enriquecer uranio por encima de este porcentaje, así como a neutralizar su almacén de uranio enriquecido cerca del 20 por ciento, diluirlo hasta por debajo del 5 por ciento o convertirlo a una forma no apta para el mayor enriquecimiento.
Asimismo, Teherán se ha comprometido a detener el avance de su capacidad de enriquecimiento de uranio, comprometiéndose a no instalar nuevas centrifugadoras de ningún tipo, a dejar inoperativa la mitad de las centrifugadoras en la central nuclear de Natanz y tres cuartas partes de las instaladas en Fordow y a detener cualquier tipo de actividad en el reactor de agua pesada en Arak. Teherán también se compromete a dar acceso a los inspectores de la AIEA.
Irán ha obtenido por su parte el reconocimiento a su derecho a enriquecer uranio para fines pacíficos, la suspensión de "ciertas sanciones" referentes al oro y a los metales preciosos, al sector automovilístico y a las exportaciones petroquímicas y se permitirá la adquisición de petróleo iraní aunque todavía de forma limitada, entre otros. Tampoco se impondrán nuevas sanciones contra Irán por su programa nuclear en los próximos seis meses si Teherán cumple con sus compromisos.