BEIJING, 7 Feb. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
Centenares de personas se concentraron en un hospital del sur de China para protestar por la muerte de una mujer que se sometió a una liposucción y cargaron contra trabajadores y enfermos ante la pasividad policial, que no reaccionó porque la víctima era la esposa de un alto cargo público local, según informan varias páginas web locales.
El suceso ocurrió el pasado fin de semana después de que la fallecida, Xie Aiyun, muriera por un fallo multiorgánico cuatro días después de haber pasado por el quirófano. La protesta fue iniciada por familiares y amigos de la víctima, que acudieron al hospital el sábado acusando a los empleados del hospital y reclamaron una indemnización de 1 millón de yuanes (algo menos de 100.000 euros).
Pasados los días, los manifestantes comenzaron a adoptar actitudes más violentas, rompiendo puertas y ventanas y sacando a pacientes y personal sanitario de las instalaciones. Según las informaciones, un paciente que había acudido al centro en busca de tratamiento recibió, a cambio, una paliza.
Los habitantes de Leiyang han denunciado, a través de diversos foros de Internet, no sólo la escasa calidad de los servicios médicos prestados en el centro --al parecer, la operación ni siquiera fue realizada por un médico, ya que el hospital subarrienda sus instalaciones para este tipo de operaciones, y el personal que las realiza no está titulado--, sino también que la Policía no actuara para detener a los manifestantes porque el marido de la fallecida es el jefe del departamento de Hacienda local.
Tanto la Policía como los responsables del hospital se han negado a realizar declaraciones.
