Actualizado: domingo, 18 mayo 2008 16:01
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   BEICHUAN/MADRID, 19 (OTR/PRESS)


   China eleva la cifra oficial de muertos por el devastador seísmo del pasado lunes a más de 34.073. Por ello el gigante asiático ha anunciado que iniciará tres días de luto nacional a partir de la semana próxima. Y mientras las autoridades chinas continúan buscando más cadáveres entre los escombros mientras los temblores no cesan y miles de personas son evacuadas. El relevo de la antorcha olímpica a lo largo de China también será suspendido durante tres días.

   China mantendrá a partir del lunes tres días de duelo nacional, con banderas a media asta, suspensión de actividades de entretenimiento público y tres minutos de silencio para marcar el instante exacto en que se cumple semana del terremoto. 

   Pero la pesadilla continúa. Cientos de réplicas han sacudido esta mañana la provincia de Sichuan después del fuerte seísmo de magnitud 8 de esta semana. La policía está intentando evitar que la población entre en la área afectada por miedo a que los temblores derriben edificios inestables o se produzcan inundaciones graves.

   Para aumentar las preocupaciones, en la zona donde ocurrió el terremoto hay numerosos ríos que fueron bloqueados por desprendimientos de tierras. La agencia estatal de noticias Xinhua asegura que la acumulación de aguas más peligrosa se encuentra a sólo tres kilómetros de la localidad de Beichuan, donde trabajadores de rescate aún buscan supervivientes.

   El Ejército chino intenta responder a las preocupaciones sobre la seguridad de sus instalaciones nucleares, incluyendo un importante laboratorio de armas atómicas cercano al área afectada. "Puedo decir responsablemente que todas esas instalaciones están seguras", dijo Ma Jin, alto cargo del Ejército de Liberación del Pueblo, en una conferencia de prensa desde Pekín.

   NUEVOS TEMBLORES

   Esta misma mañana un temblor de magnitud 5,7 provocó que miles de personas huyeran de edificios en la capital provincial, Chengdu, ubicada unos 200 kilómetros al sur del epicentro de la última réplica. Todas las informaciones apuntan a que no ha habido nuevas víctimas pero los caminos han quedado muy dañados.

   Desde el sismo del lunes, que fue de magnitud 8 en la escala de Richter (las autoridades chinas revisaron este domingo al alza este dato, después de que el centro sísmico de Estados Unidos dijera que era de magnitud 7,9), el suroeste de China registró al menos 24 réplicas de una magnitud superior a 5.

   Pekín se había mostrado reacio en un primer momento a aceptar la ayuda exterior, pero la magnitud del desastre ha obligado al Gobierno chino a recibir apoyo de fuera por primera vez en una catástrofe natural. Un avión de las fuerzas aéreas españolas llegó a Chengdu, lugar más afectado por el seísmo, con siete toneladas de ayuda humanitaria, equipos de emergencia y medicinas.

   Francia anunció que había enviado un avión con ayuda humanitaria avaluada en 588.000 dólares. Herve Ladsous, el embajador francés en China, arribó a Pekín para asegurar que las autoridades locales reciban la asistencia, que incluye medicinas, mantas, tiendas de campaña y tanques de agua.

   Seis días después del terremoto, la cifra total de muertos se acerca a los 32.500, según los datos oficiales mientras que otras 220.000 personas se encuentran heridas. China espera que la cifra final de muertos por el terremoto supere los 50.000. Cerca de 4,8 millones de personas han perdido sus hogares.