BEIJING, 27 Feb. (De la corresponsal de EUROPA PRESS Débora Altit) -
Organizaciones humanitarias se han unido para pedir a China que ponga fin a la pena de muerte aprovechando la celebración de los Juegos Olímpicos de este verano, en otra nueva demanda internacional que se suma a anteriores peticiones que exigen la libertad de expresión o el fin del apoyo chino al Gobierno de Sudán.
En esta ocasión, la petición se ha realizado en forma de una carta abierta dirigida al presidente del Parlamento chino, cámara que celebrará su reunión anual el mes próximo. La misiva, colgada en la web de la Coalición Mundial Contra la Pena de Muerte (www.worldcoalition.org) y firmada por más de 70 organizaciones internacionales y nacionales, como Amnistía Internacional o la Federación Internacional para los Derechos Humanos, pide a Beijing que tome "medidas concretas" para abolir la pena capital.
Al ser tratada como un secreto de Estado, se desconoce cuántas personas mueren cada año ajusticiadas en China, aunque las ONG pro Derechos Humanos sitúan la cifra en torno a las 10.000, más que en el resto de países que aplican esta sentencia.
A pesar de todo, las organizaciones dan la bienvenida en la carta a la decisión del Gobierno de centralizar, desde enero del año pasado, las condenas a muerte dictadas a través del Tribunal Popular Supremo, en un intento por mejorar las garantías de los condenados y homogeneizar el tipo de sentencias.
EXIGEN MÁS INFORMACIÓN
Sin embargo, la misiva reclama a Beijing que haga público el número de ejecutados en 2007, en lugar de limitarse a afirmar que se ha reducido tras la aplicación de la nueva norma, para comprobar que realmente se están respetando los derechos de los condenados.
"Los informes sobre China siguen insistiendo en condenados a la pena capital ejecutados sin haberse informado a sus familiares con antelación o sin darles la opción de reclamar su cuerpo. A familiares y abogados defensores se les sigue negando un acceso adecuado a los detenidos, así como información sobre sus casos", denuncia la carta, que señala que la abolición de la pena capital es una "tendencia universal e irreversible".
El grupo concluye recomendando a China que tome como modelo a la ex colonia británica de Hong Kong, donde se abolió la pena de muerte en 1993 y, a pesar de ello, sigue contando con uno de los índices de criminalidad más bajos del mundo.
"Cuando los ojos del mundo se dirigen hacia China antes de los Juegos Olímpicos, creemos que ésta es una oportunidad ideal para que los miembros de la Asamblea Popular Nacional muestren su liderazgo al abolir la pena de muerte, siguiendo las tendencias mundiales", concluye la carta.
Intelectuales y juristas cercanos al Gobierno chino han declarado en repetidas ocasiones, no obstante, que el país aún no está "maduro" para dejar de aplicar la pena capital, y que la población también está a favor de ella, si bien la tendencia será ejecutar cada vez un menor número de sentencias y terminar aboliéndola finalmente.
