MANILA, 18 May. (Reuters/EP) -
La Cámara de Representantes de Filipinas anunció este martes que llevará a cabo una investigación en las acusaciones del presunto fraude cometido durante las últimas elecciones nacionales, aunque es probable que esta medida no cambie los resultados de los dos cargos principales --Presidencia y Vicepresidencia-- del país.
El organismo electoral indicó la semana pasada que había descubierto discrepancias sobre unos 150.000 votos, pero este número no es suficiente para afectar al resultado global de los comicios presidenciales.
El panel sobre sufragio y reformas electorales de la Cámara de Representantes comenzará las vistas públicas mañana para evaluar la credibilidad del recuento automatizado --el primero en el país-- y para estudiar las pruebas y reclamaciones sobre las irregularidades de la votación.
El presidente saliente de la Cámara de Representantes, Próspero Nograles, que perdió el intento de convertirse en alcalde de la ciudad de Davao, en el sur del país, aseguró que había informaciones de recuentos programados con anterioridad en tarjetas de memoria utilizadas para las máquinas que contaron los votos.
"Lo que es incluso más inquietante es la retirada de 76.000 tarjetas de memoria tan sólo cuatro días antes de los comicios, cuando no había tiempo para examinarlas", aseguró Nograles a los periodistas.
Se espera que el senador Benigno 'Nonoy' Aquino, cuyos padres participaron en política --su padre, Benigno, fue un líder opositor asesinado en 1983 durante el régimen dictatorial de Ferdinand Marcos, y su madre, la popular Corazón 'Cory' Aquino, continuó la labor de su marido y llegó a la Presidencia de Filipinas tras la revolución que apartó a Marcos del poder--, sea proclamado oficialmente vencedor de las elecciones durante las próximas semanas, ya que se mantiene en primer lugar a cinco millones de votos de su rival más cercano, el ex presidente Joseph Estrada.
Otros tres candidatos que aspiraban a la Presidencia pidieron una auditoría de los resultados, ya que reivindican que ocho millones de filipinos no pudieron depositar sus votos debido a problemas técnicos y a las largas colas que se produjeron durante la jornada electoral, e incluso indicaron que la alta participación en algunos distritos de la capital --de hasta el 95 o el cien por cien-- y en Mindanao (sur) indicaban el posible fraude en los resultados.
