Condenados en Ruanda a penas de cárcel seis integrantes del grupo opositor encabezado por Victoire Ingabire

El presidente de Ruanda, Paul Kagame
El presidente de Ruanda, Paul Kagame - Andreas Gebert/dpa - Archivo
Publicado: viernes, 24 enero 2020 20:57

MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un tribunal de Ruanda ha condenado a seis miembros de un partido opositor por "formación de un grupo armado" y "amenazas contra la seguridad nacional", según ha confirmado las Fuerzas Democráticas Unificadas (FDU), partido al que pertenecen todos ellos.

La líder del grupo, Victoire Ingabire, ha indicado a través de su cuenta en la red social Twitter que todos ellos, incluido el vicepresidente de la formación, Boniface Twagirimana, han recibido penas de entre siete y doce años de prisión.

El presidente de Ruanda, Paul Kagame, indultó en septiembre de 2018 a más de 2.000 prisioneros condenados por varios delitos, entre los que se encontraban Ingabire, condenada a 15 años de cárcel, y el cantante Kizito Mihigo.

Ingabire, que lidera el partido opositor FDU-Inkingi, fue detenida en 2010 y condenada por incitar a la revolución contra el Gobierno, formar grupos armados para desestabilizar el país y minimizar el genocidio de 1994. En 2013, el Tribunal Supremo ratificó su condena, ampliando la pena a 15 años frente a los 8 iniciales.

Por su parte, Mihigo fue condenado a 10 años de cárcel en 2015 por conspiración contra el Gobierno e intento de asesinato del presidente. Se da la circunstancia de que Mihigo, un antiguo cantante litúrgico, participó en la composición del actual himno ruandés en 2001.

Kagame es el único dirigente que ha conocido Ruanda desde el inicio del nuevo milenio. Comandó la fuerza rebelde que acabó con el genocidio de 1994 y se convirtió en vicepresidente hasta que en el año 2000 escaló a la Jefatura del Estado como presidente de un gobierno interino al que pusieron fin los comicios de 2003, los primeros que ganó.

El mandatario se hizo con el reconocimiento de la comunidad internacional por llevar a cabo una recuperación económica, pacífica y rápida tras el genocidio de 1994, cuando unos 800.000 tutsis y hutus moderados perdieron la vida.

Por contra, el mandatario ha sufrido duras críticas por parte de grupos de defensa de los Derechos Humanos, que lo han acusado de abusos y torturas, así como de represión contra la oposición y los medios de comunicación independientes.