El Gobierno sancionará a los responsables que no actuaron ante la crisis, que algunos achacan a la llegada del 'Año de la Rata'
BEIJING, 5 Feb. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
Una vuelta a la época de las velas. Eso es lo que está sufriendo una parte importante del centro de China por culpa del temporal de nieve y lluvias que golpea al gigante asiático desde hace casi cuatro semanas, y que aunque está recuperando la normalidad gradualmente, sigue haciéndolo con más lentitud de lo que muchos millones de afectados desearían.
Las nevadas se han cebado especialmente con regiones del centro del país como Hunan o Hubei. Según informa hoy la agencia oficial Xinhua, el Ejército ha enviado, sólo a la región de Enshi, en Hubei, cerca de 29 toneladas de velas para que la gente no esté a oscuras. Sobre el envío de carbón o combustible para entrar en calor en estas regiones, que no están acondicionadas para sufrir temperaturas tan bajas, la prensa no comenta nada.
Mientras en Chenzhou, una ciudad de 4,6 millones de habitantes de Hunan y que se ha convertido en ejemplo del caos que aún sigue gobernando en buena parte de China, sus habitantes vivieron hoy su undécimo día sin agua ni electricidad. Los trabajos de reparación de la red eléctrica permitieron que sus habitantes disfrutaran el lunes de tres horas de luz antes de volver a la oscuridad, según la prensa china.
Las comunicaciones entre las principales ciudades, sin embargo, llevan desde hace un par de días funcionando con relativa normalidad. La autopista entre Beijing y Zhuhai, una de las principales vías de transporte de personas y mercancías entre el norte y el sur, fue abierta ayer. Los aeropuertos también están operativos, aunque Xinhua informó de que el lunes se habían tenido que cancelar cerca de 50 vuelos en las ciudades orientales de Hangzhou, Nanjing y Changzhou.
Desde Beijing se indica que el número de damnificados se sitúa en torno a los 100 millones de personas. Pero en este gran colapso nacional, causado por unas nevadas que inicialmente se dijo que eran las peores de 50 años y que ahora las autoridades califican como las más funestas en todo un siglo en algunas regiones, el baile de cifras es constante.
El dato oficial sigue hablando, desde hace varios días, de 60 fallecidos, a pesar de que entre medias se ha hablado de numerosos accidentados. Un total de once electricistas y tres policías han fallecido, según la prensa, mientras se encontraban trabajando. Y la estación de tren de Guangzhou (sur) fue testigo, el fin de semana, de una estampida que causó la muerte de una joven. El motivo, que miles de personas se creyeron los mensajes de vuelta a la normalidad lanzados por las autoridades locales tras la visita a la ciudad del primer ministro, Wen Jiabao, y se abalanzaron a la estación de tren confiados en poder volver a casa.
No obstante, muchos de los emigrantes que esperaron durante días en Guangzhou y otras estaciones de la provincia de Guangdong han logrado hacerse con un sitio en un tren y han podido volver ya a casa. En total, según aseguró hoy el Ministerio del Ferrocarril, 3,5 millones. "Básicamente, todos los pasajeros que tenían billetes pero habían estado retenidos en distintas estaciones han partido ya", señaló hoy una portavoz del Ministerio.
REACCIÓN TARDÍA DEL GOBIERNO
Aunque el Gobierno no puede ser culpado de un temporal de estas magnitudes, parece innegable que las autoridades comenzaron a reaccionar demasiado tarde (esperaron alrededor de dos semanas), y que el país necesita urgentemente un sistema de alerta de emergencias nacional que aún no ha establecido a pesar de contar en su pasado reciente con trágicas experiencias como la epidemia de SRAS (Síndrome Agudo Respiratorio y Severo) que sufrió en 2003.
El Ministerio de Salud no ha enviado hasta ahora un protocolo ordenando que se tomen medidas para garantizar el buen estado de salud de las localidades incomunicadas o sin agua ni luz así como en las estaciones en las que los pasajeros permanecen hacinados desde hace días. La agencia del medicamento nacional, por su parte, también ha esperado hasta hoy para advertir de que se tomarán medidas judiciales contra aquellos que aprovechan la crisis para abastecer con medicamentos falsos o adulterados a las zonas afectadas.
El departamento de organización del Partido Comunista Chino (PCCh) ha anunciado, además, que del mismo modo que se honrará, a título póstumo, a todos los trabajadores que han perdido sus vidas mientras intentaba reponer el orden en el caos, también se va a castigar a aquellos responsables que no cumplieron con su obligación.
La circular del PCCh, emitida ayer pero hecha pública hoy, indica que "la actuación de los funcionarios durante la crisis será un factor importante en su evaluación, y podrá conducir a su promoción o castigo".
Algunos gobernantes locales ya han reconocido que estaban preparados contra las inundaciones que golpean cada verano el sur del país, pero que ante la nieve el sistema se ha desmoronado.
LLEGADA DEL NUEVO AÑO CHINO
Otros, comienzan a achacar esta mala racha de suerte a la influencia del signo zodiacal que gobernará el próximo año lunar chino, que comienza ya este jueves. Según el astrólogo hongkonés y experto en "fengshui" Raymond Lo, durante el nuevo año de la Rata se van a producir altercados financieros, políticos, epidemias y hasta tsunamis, y todo por culpa de que la Rata, un signo típico de agua, choca de forma constante con la tierra, que es el otro elemento que domina este año.
Independientemente de si la Rata tiene o no la culpa, lo cierto es que la situación de descontrol no se habría exacerbado si no fuera porque cientos de millones de chinos viajan de regreso a casa, para celebrar las fiestas, justo en las mismas fechas. En una afirmación que parece confirmar el factor intangible y no humano de esta crisis, el primer ministro, Wen Jiabao, ya ha recomendado a la población que no pierdan la fe ya que todo se terminará arreglando.