Crónica EEUU.- Los republicanos fuerzan una nueva votación de la reforma sanitaria en la Cámara de Representantes

Actualizado: jueves, 25 marzo 2010 20:33

La oposición alude a problemas de procedimiento para retrasar la ley ya promulgada por Obama

NUEVA YORK, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -

La reforma sanitaria propuesta y ya promulgada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sufrió en la madrugada de este jueves un revés en el Senado, donde los republicanos se agarraron a problemas procedimentales para devolver parte de la ley a la Cámara de Representantes, donde los demócratas confían en respaldarla rápidamente.

Los senadores se reunieron ayer para concluir el proceso de reconciliación entre las cámaras --utilizado por los demócratas precisamente para garantizarse la aprobación del Senado, donde ya no cuentan con 'supermayoría'--. Dicha iniciativa exige que cada provisión tenga impacto presupuestario, algo en lo que los republicanos han encontrado dos lagunas.

La meta de los republicanos era rebotar el texto de nuevo a la Cámara de Representantes, para lo cual presentaron 29 enmiendas e incluso propusieron devolver el proyecto a comisión, lo que hubiese supuesto una derrota frontal para Obama.

Los demócratas tumbaron sin problemas las quejas republicanas, pero durante un debate alargado hasta la madrugada no lograron impedir que los republicanos sacasen adelante la revisión de dos aspectos de carácter menor, uno de ellos relativo a un programa de ayudas para educación superior, según explicó el portavoz de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.

De esta forma, el texto regresa a la Cámara de Representantes, donde fue aprobado este pasado domingo por 219 votos a favor (necesitaba 216) y 212 en contra. Obama firmó el pasado martes la ley durante un acto cargado de simbolismo al que asistieron familiares de personas fallecidas por los supuestos perjuicios del actual sistema sanitario estadounidense, al que no se ha añadido una opción pública como inicialmente pretendió el presidente, que siempre se ha mostrado crítico con la política de los seguros médicos privados.

Los demócratas denunciaron que la única intención de la oposición es torpedear la reforma a toda costa y sea como sea. Reid llegó a señalar, durante la novena hora de debate, que estaba "muy claro" que ninguna de las enmiendas pretendía "mejorar la ley". "Es un intento de destruir la ley", denunció, en relación al plan de 940.000 millones de dólares en diez años que ha supuesto meses de discusiones en el Congreso norteamericano.

Por su parte, el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, expresó durante los debates que los republicanos estaban brindando a los demócratas "una última oportunidad para rechazar el impacto terrible" de la reforma sanitaria, una de las principales promesas de Obama y que ha terminado por costarle un descenso de popularidad.

La medida ampliará la cobertura médica en el país a 32 millones de personas que hasta ahora no contaban con ella, pero los republicanos han criticado, entre otros aspectos, el elevado coste de la reforma --Obama, sin embargo, mantiene que reducirá el déficit a largo plazo--, el debilitamiento del programa Medicare o el supuesto papel excesivo que se le da al Estado.

Obama acudió a la ciudad de Iowa, la misma en la que hace tres años arrancó su cruzada para reformar el sistema sanitario con un discurso histórico, dispuesto a mostrarse rotundo con los republicanos: "Si quieren tener esta lucha, doy la bienvenida a esta lucha". "No creo que el pueblo estadounidense vaya a poner a la industria sanitaria de nuevo al mando. Hemos estado ahí y no vamos a volver", afirmó, en el discurso preparado y divulgado a los medios de comunicación.

El inquilino de la Casa Blanca acusó a los opositores de "sembrar el pánico" sobre las medidas adoptadas en los últimos días y lamentó que "algunos tipos en Washington aún están gritando" por aspectos como la reducción de impuestos para ayudar a los ciudadanos a acceder a los seguros. "Y ahora que está aprobada (la ley), ya han prometido derogarla", afirmó, en relación a las posibilidades que se abren tras las elecciones parlamentarias del próximo mes de noviembre.

VOTACIÓN RÁPIDA

"Confiamos en que la Cámara aprobará la norma con estos cambios menores", adelantó la portavoz del presidente del Comité de Sanidad del Senado, el demócrata Tom Harkin. Por su parte, el senador demócrata Kent Conrad, presidente del Comité de Presupuestos, señaló que "no va a ser ningún problema" sacar adelante la medida.

El Senado, que cerró sesión poco antes de las 03:00 (hora local) reanudó hoy las discusiones sobre nuevas enmiendas, aunque desde los demócratas tenían ya en mente pasar página por completo en la Cámara.

El líder demócrata de los representantes, Steny Hoyer, anticipó que la Cámara tenía previsto votar los cambios a última hora del día, para que después fuese remitido a Obama. En declaraciones a la CNN, Hoyer lamentó los cambios de los republicanos pero aclaró que se trataban de aspectos de carácter "técnico" y "menores".

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, también se mostró confiado en que el Senado concluirá rápidamente los trámites establecidos en el proceso de reconciliación y pronosticó que los republicanos fracasarían en sus intentos por retrasar la entrada en vigor de la reforma. Gibbs realizó estas declaraciones a bordo del Air Force One que trasladaba a Obama a la ciudad de Iowa, donde tenía previsto dar hoy por la tarde su discurso

INCIDENTES

Las discusiones políticas entre los partidos Republicano y Demócrata se han tensado hasta tal punto en los últimos días que ambos bandos han denunciado agresiones por su respaldo o rechazo a la reforma sanitaria.

El líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, denunció ayer que más de una decena de compañeros de partido habían sufrido algún tipo de amenaza desde la votación del pasado domingo.

El republicano Eric Cantor, el 'número dos' de su formación en la Cáamra Baja, se sumó hoy a estas denuncias y alertó de que su oficina en Richmond (Virginia) había sufrido impactos de balas y acusó directamente a los demócratas de "avivar las llamas" y alentar, con sus declaraciones, este tipo de actos violentos. Además, dijo haber recibido amenazas de muerte.

El portavoz del Comité Nacional Demócrata Brad Woodhouse respondió a estas acusaciones y negó que su partido esté "usando acciones de violencia para ganar terreno político". De hecho, pidió que se retracten los republicanos que han contribuido a generar este clima de enfado generalizado.