TALLÍN, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los estonios votan mañana domingo en las elecciones generales del país, en las que el líder del partido Central, Edgar Savisaar, podría volver a ocupar el puesto de primer ministro que ostentó desde 1991 y 1992, en medio de la apatía general de la población, a pesar de que a lo largo de esta semana se ha convertido en la primera de todo el mundo en celebrar unas elecciones vía 'on-line' mediante el uso de una firma electrónica personalizada, un nuevo sistema de votación que intenta maquillar una campaña electoral donde los debates sobre la reforma económica han brillado por su ausencia.
Sea cual sea el resultado de los comicios, se espera un ambiente relajado y pacífico. El presidente estonio, Toomas Hend-rik Ilves declaró su voluntad de respetar los acuerdos previos y dar la primera oportunidad de formar Gobierno al partido con más votos. Así, si las encuestas finalmente se corresponden con los resultados, Savisaar tendrá la primera oportunidad para organizar una coalición de Gobierno.
Y es que las diferencias son ajustadas. La encuesta de TNS Emor pone al partido de Saavisar como favorito con un 26 por ciento de la intención de voto a favor, seguido de cerca por el partido Reforma, con un 21 por ciento. El tercer partido en discordia, y actual oposición, es la Unión de la Res Pública y Pro Patria, perteneciente a Unión Internacional Demócrata con un 12 por ciento, según los datos publicados por el diario 'Postimees', en lo que supone un importante descenso del sector conservador.
Finalmente, se espera que los Verdes Estonios hagan un más que correcto debut en la escena política estonia, ya que las primeras encuestas les conceden hasta cinco escaños en el Parlamento.
Sin embargo, el analista político de la universidad de Tartu, el profesor Pettai, pidió contemplar estos resultados con cierta cautela, ya que las encuestas "fallan a la hora penetrar en áreas del interior del país, así como de ciertas localidades, y subestiman el apoyo de la poblacón al partido prorruso de la Unión Popular".
Sin embargo, todo parece indicar que la población no está especialmente entusiasmada con los comicios. Encuestas alternativas señalan que menos de la mitad de los ciudadanos capacitados para votar depositarán su voto en las urnas, a pesar de las constantes advertencias y llamamientos realizados por el presidente Ilves, que ha llamado este sentimiento de abstención como un "acto comparable a una agresión contra el Estado". El presidente recordó que la nación ha permanecido durante 50 años sin derecho a votar, y que este era el momento de ejercerlo.
Esta situación de adormecimiento podría deberse, según el diario 'The Baltic Times', a una campaña electoral caracterizada por la "lluvia de promesas", según el periódico, que ha caído sobre los votantes: desde comidas gratis en la escuela, hasta carreteras libres de polvo, pasando por ordenadores portátiles gratuitos, mientras los analistas políticos creen que los temas más trascendentes se han visto relegados a un segundo plano.
POLÍTICA ECONÓMICA
Los impuestos siguen siendo motivo de preocupación, en particular para la inversión extranjera, desesperada por escuchar la respuesta de los candidatos a las peticiones de la Unión Europea para que se revisen los impuestos sobre empresas en el país. Muchos partidos han declarado su intención de mantener el actual régimen impositivo, pero las dudas se ciernen en torno a si el futuro Gobierno será capaz de mantener el ritmo actual.
El partido Reforma está intentando reducir el nivel del sistema 'Flat-Tax' hasta el 18 por ciento, mientras que los centristas consideran necesario cambiar a un sistema progresivo para reducir la carga impositiva sobre la clase media del país. Pero para el profesor de la Facultad de Económicas de la universidad de Tartu, Viktor Trasberg, algunas de las promesas electorales realizadas son, simplemente, imposibles y la "discusión sobre economía en estas elecciones, de muy bajo nivel y primitivas".
Trasberg criticó los planes económicos que algunos partidos como el socialdemócrata o el IRL pretenden poner en marcha, y que incluyen desgravaciones especiales para individuos con especial tendencia a invertir sus ahorros, algo que "parece, en un primer momento, fácil e incluso populista, pero abre todas las puertas a diferentes maniobras para evadir impuestos", afirma el profesor.
"Es necesario que esté ampliamente regulado y explicado. Tengo mis dudas acerca de cómo funcionará", reconoce.
VOTO ON-LINE
Se espera que al menos 40.000 personas depositen su voto a través de Internet en lo que algunos observadores han llamado las primeras elecciones on-line en el mundo.
Para dar confianza al nuevo sistema, el primer ministro del país, Andrus Ansip, empleó este procedimiento el pasado 26 de febrero, junto con los residentes que, hasta finales de mes usaron un carnet electrónico personalizado con dos contraseñas privadas.
No obstante, este es un método que ha recibido críticas de aquellos que creen que los votantes pueden estar manipulados, en sus casas o lugares de trabajo a la hora de emitir el voto. Por eso, la ley autoriza a los electores a acudir el domingo a las urnas por el sistema tradicional para rectificar su elección si lo creen conveniente.
"La posibilidad de modificar el voto electrónico debería disuadir a los que estén tentados de influir sobre los votantes por Internet", afirma Ulle Madise, miembro de la comisión electoral nacional.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) no confía mucho en los medios de vigilancia de este nuevo tipo de escrutinio. "Debemos determinar si las medidas de transparencia son suficientes para garantizar la imparcialidad. Aparecen también preguntas sobre la seguridad del voto electrónico, pero no queremos entrar en el sistema, porque haría falta tener habilidades técnicas muy específicas", ha comentado desde Tallín un responsable de la organización.