RIAD 29 Mar. (EP/AP) -
El presidente iraquí, Jalal Talabani, buscó obtener hoy el respaldo para frenar el terrorismo que asola Irak de los países árabes, cuyos dirigentes se reunieron hoy en Riad en el marco de la cumbre de la Liga Árabe y se comprometió a cederle una mayor cuota de poder a la comunidad suní en Irak.
Por su parte, los dirigentes árabes se muestran partidarios de la necesidad de un cambio de Constitución y Ejército iraquíes con el objetivo de integrar a un mayor número de suníes y poner fin al programa de desbazificación que pretendió sacar de las instituciones públicas a miembros destacados del antiguo régimen de Sadam Husein.
Respecto a la situación en Irak, el rey Abdulá de Arabia Saudí, anfitrión de la cita, destacó la actual masacre en Irak, donde tachó la presencia militar estadounidense de "ocupación ilegítima" y advirtió de que "el sectarismo aberrante amenaza con un guerra civil".
Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa, advirtió de que las políticas sectarias del Ejecutivo iraquí que dirige el chií, Nuri al Maliki, amenazan con agudizar el conflicto en Irak. "Los enfrentamientos entre suníes y chiíes en Irak y las políticas que los alimentan y explotan podrían alumbrar un infierno regional horroroso del que nadie saldrá victorioso", subrayó.
Talabani incidió en la legislación remitida al Parlamento por la cual se pretende, dijo, "abolir la comisión para la desbazificación y sustituirla por la Ley de Responsabilidad y Justicia" y prometió construir "puentes de confianza" para "vincular todos los elementos de la población iraquí e incorporar a los opositores del proceso político al proceso y a elementos del antiguo Ejército al nuevo Ejército".
Por otra parte, el presidente iraquí, kurdo, pidió a los países árabes que apoyen al Ejecutivo iraquí cancelando sus deudas y ayudando a poner freno a la penetración de terroristas e insurgentes a través de sus fronteras. "Nuestra principal necesidad sigue siendo que debemos actuar juntos para romperle el cuello al terrorismo", incidió.
El ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, quien forma parte de la delegación que acompaña al presidente a la cumbre, reprochó las exigencias de los países árabes, al asegurar que Irak "no necesita ningún dictado de los países árabes", puesto que, destacó, los intereses nacionales de Irak son preocupación de los iraquíes y no de los árabes, aunque recordó que "existe una obligación para enmendar la Constitución", por lo que, aseguró, las autoridades iraquíes "están determinadas a hacerlo sin esperar a que vengan otros a decirlo".