AAPO HUHTA / CRUZ ROJA FINLANDESA
MADRID, 4 May. (por Cruz Roja Española) -
Sushant Pathak se hizo voluntario de la Cruz Roja Nepalesa tras el terremoto, a pesar de que reconocía abiertamente: "Eso de las ONG no era para mí".
A sus 23 años, Sushant Pathak tenía muy claro que quería ser empresario y por eso se decidió a estudiar Administración de Empresas en un centro educativo de prestigio de Katmandú, la capital nepalesa. Hasta el 25 de abril, "estaba comiendo con mis amigos de toda la vida en Rasuwa, y de golpe todo empezó a temblar y a crujir".
Corrió todo lo que pudo hacia un espacio abierto y cuando miró hacia atrás no vio a sus amigos, que son su familia, según apunta este joven, hijo único. "No di con ellos durante las primeras horas, pero no estaban bajo los cascotes del restaurante", indica. Tampoco encontró a sus padres en su casa pero, finalmente, los encontró llorando en un descampado próximo a su vivienda.
El mismo descampado donde aún 'viven' con una pequeña tienda. "No di con ellos rápidamente, vagaba sin sentido, no reconocía bien las calles donde había jugado toda mi vida; fue lo más duro".
Y cambió su lista de prioridades. "Tras el bloqueo inicial sentí que tenía la obligación de ayudar a los demás; es lo único que sé en estos momentos". Y se acercó a la sede más cercana de la Cruz Roja Nepalesa para hacerse voluntario.
No sólo él. Sus mejores siete amigos también se hicieron voluntarios al mismo tiempo.