AMSTERDAM, 10 Mar. (Reuters/EP) -
La dimisión del ministro de Justicia holandés, Ivo Opstelten, y de su 'número dos', Fred Teeven, el lunes ha supuesto una amenaza de inestabilidad para el Gobierno holandés, de corte conservador, de cara a las elecciones locales del próximo 18 de marzo. Los principales beneficiados serían el ala ultra conservadora que abandera Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad, que lidera las encuestas.
Así, la reacción a la destitución de dos ministros tras descubrirse que mintieron sobre el caso de un capo de la droga detenido en 2001 no se hicieron esperar, siendo una de las más enérgica la de Wilders: "Ahora el resto del gabinete. Cuanto antes mejor".
Este escándalo ha estallado a poco más de una semana para que los holandeses decidan sus representantes en el Senado, conformado por 12 Consejos Provinciales. Además de desgastar la imagen del Gobierno del primer ministro, Mark Rutte, supone una amenaza real para los próximos comicios ya que los ministros depuestos eran considerados de los más populares entre el ala más conservadora del partido, un nicho que ahora podría aglutinar el Partido por la Libertad.
"Los ya ex altos cargos cubrían el flanco derecho: implacables con el crimen y con el auge del Estado Islámico y el radicalismo islamista", ha explicado el analista político Kay van de Linde, quien ha apuntado que Opstelten y Teeven resultaban un importante muro de contención para frenar el auge de la formación de Wilders, de carácter islamófoba y euroescéptica.
Una encuesta publicada el domingo, previa a las dimisiones, colocaba al partido de Rukke detrás del Partido por la Libertad y otras dos fuerzas centristas. Así, la coalición de Gobierno que forman los liberales de Rukke con los laboristas sufrirían un importante desgaste pasando de 79 asientos de las últimas elecciones en 2012 a solamente 29 en los próximos comicios.
