NUEVA YORK, 21 Jul. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Emilio López Romero) -
La Administración de Barack Obama advirtió este martes al Congreso de que el rescate de concesionarios aprobado recientemente por la Cámara de Representantes sienta un "precedente peligroso" que podría poner en riesgo la recuperación de los fabricantes General Motors y Chrysler.
La llamada de atención ha llegado por parte del director del equipo de trabajo de la Casa Blanca sobre la industria automotriz, Ron Bloom, quien aseguró ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes que el número de concesionarios es "desorbitado" comparado con las cifras de ventas de vehículos.
La Cámara aprobó la semana pasada un proyecto de ley, que todavía no ha sido revisado por el Senado, por el que se obligaría a GM y Chrylser a mantener abiertos unos tres mil concesionarios que tenían previsto cerrar como parte del proceso de recuperación para salir de la bancarrota.
Los representantes de los concesionarios defienden el rescate asegurando que están en juego cerca de 200.000 puestos de trabajo mientras que los legisladores creen que la Casa Blanca no tuvo en cuenta ni al Congreso ni a los ciudadanos en el proceso de rescate de ambas compañías.
65.000 MILLONES DE DOLARES
La intervención del Gobierno federal, respondió Bloom, ayudó a evitar la liquidación de las compañías y el consiguiente cierre de los concesionarios, por lo que salir ahora al rescate de sólo pondría en peligro el rescate de 65.000 millones de dólares aprobado con el dinero de los contribuyentes.
General Motors ha anunciado como parte de su proceso de reestructuración el cierre de unos 2.000 concesionarios -en la actualidad tiene 6.000- mientras que Chrysler los reducirá hasta los 2.400, lo que en la práctica obligará a echar el cierre a casi 800 establecimientos.
GM salió de la suspensión de pagos el 10 de julio y la nueva GM ahora está controlada en un 60,8% por el Tesoro, un 11,7% está en manos de los gobiernos de Canadá y Ontario y un 17,5% en poder de los trabajadores, mientras que el restante 10% sigue acreditado a la 'vieja GM'.
Chrysler cerró en junio un acuerdo con Fiat para el nacimiento de una nueva Chrysler en la que el consorcio italiano mantiene un 20% del capital, ampliable a un 35%, mientras los gobiernos de Estados Unidos y Canadá tienen respectivamente un 8 y un 2%, y un fondo de gestión sindical el 55% restante.
