EEUU.- La Casa Blanca mantiene su apoyo a Gonzales ante los crecientes rumores de destitución

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 20 marzo 2007 17:00

NUEVA YORK 20 Mar. (del corresponsal de EUROPA PRESS Carlos López) -

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, expresó hoy su apoyo personal al fiscal general del Estado, Alberto Gonzales, ante la fuerte presión demócrata por la dimisión del secretario de Justicia, y los crecientes rumores en Washington sobre la potencial búsqueda en el Ejecutivo de candidatos para su sustitución.

La subsecretaria de Prensa de la Casa Blanca, Dana Perino, negó hoy los rumores sobre la sustitución de Gonzales y destacó que el "el presidente mantiene su fuerte respaldo al fiscal general, así como su apoyo". Por este motivo, Bush llevó a cabo esta mañana una llamada telefónica "para reafirmar su apoyo".

Gonzales se ha convertido en el objetivo de los congresistas demócratas en el último mes tras relacionar a la Casa Blanca con los ceses de ocho fiscales federales. El secretario de Justicia ha sido acusado por la bancada liberal de actuar en defensa de los intereses de Bush en lugar de defender el cumplimiento de la ley.

La revelación hoy de la llamada telefónica de Bush a Gonzales tiene además como objetivo movilizar a los legisladores republicanos que hasta el momento se han mantenido al margen de la controversia y que ha mostrado la falta de apoyos que el fiscal general Gonzales sufre en el Senado y la Cámara de Representantes.

En varios correos electrónicos hechos públicos hoy, el Departamento de Justicia muestra que Gonzales se mostró "extremadamente disgustado " al conocer que uno de sus ayudantes testificó el pasado mes ante el Congreso que en el caso del fiscal federal H. E. Cummins de Arkansas, se le había despedido sin ninguna razón.

Según el correo electrónico, el secretario de Justicia creía que Cummins había sido cesado por su mal rendimiento, pero su ayudante en las declaraciones ante el Congreso aseguró que su sustitución fue llevada a cabo para crear una vacante para Timothy Griffin, un aliado político de la Casa Blanca y colaborador del principal asesor de Bush, Karl Rove.

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