WASHINGTON, 16 Nov. (EP/AP) -
Un subcomité del Congreso estadounidense examinó hoy el caso del exiliado cubano anticastrista Luis Posada Carriles, cuya extradición reclaman Cuba y Venezuela por un atentado en 1976 contra un avión de línea cubana que dejó 73 muertos, en una sesión legislativa considerada como una "oportunidad para la reflexión" sobre el trato dispar que estaba recibiendo de las autoridades estadounidenses comparado con otros presuntos implicados en terrorismo".
"Debemos insistir en respuestas (...)", declaró el presidente del subcomité de organizaciones internacionales y Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, William Delahunt. "Es la única forma de restaurar nuestra credibilidad y mejorar nuestra seguridad", añadió.
Aun así, Dan Burton, el republicano de mayor jerarquía en el Comité de Relaciones Internacionales, hizo notar a Delahunt que la minoría republicana no tuvo la oportunidad de invitar a un testigo para que participara en la vista que se efectuó ante un centenar de personas. Por su parte, Delahunt indicó que esta era "la primera audiencia de una serie para alcanzar nuestro propósito de que apliquemos las leyes totalmente y de manera igualitaria, al margen de la ideología política".
"Sólo así vamos a asegurarnos la cooperación internacional contra el terrorismo", declaró el demócrata en la apertura de la sesión. Delahunt preguntó al Departamento de Justicia por qué no se le aplicaron a Posada Carriles las actuales leyes sobre terrorismo antes de que fuera dejado en libertad por el tiempo transcurrido en prisión. Según el legislador, la respuesta del entonces secretario de Justicia Alberto Gonzales fue "un resonante silencio".
Peter Kornbluh, analista del Archivo de Seguridad Nacional, un grupo de investigación vinculado a la Universidad George Washington y testigo en la audiencia, se identificó como "uno de los preocupados de la forma en que el caso de Posada Carriles ha sido manejado en los últimos dos años y medio por nuestro Gobierno".
"Posada Carriles es uno de los diez promotores de la violencia más prolíficos en la historia contemporánea", aseguró Kornbluh. "Pero en Estados Unidos sólo ha sido acusado de violar leyes de inmigración por entrar en forma fraudulenta al país. ¡Eso es increíble!", resaltó.
Aun cuando pesa sobre él una orden de deportación debido a que admitió que ingresó ilegalmente al país, sigue viviendo en Miami desde que su caso fue anulado por un tribunal. Un juez de inmigración en El Paso, Texas, determinó que no puede ser enviado a Cuba o a Venezuela debido al riesgo de que fuera torturado.
por su lado, esos países han acusado al gobierno del presidente George W. Bush de "hipocresía" en la lucha contra el terrorismo y dijeron que al mantener a Posada Carriles en territorio estadounidense estaba "dando protección a un terrorista".
Posada Carriles, de 79 años, está vinculado por la justicia venezolana con el sabotaje de un avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976 que causó la muerte de 73 personas. En abril de 2005 ingresó clandestinamente desde México a Estados Unidos, fue detenido y acusado de cargos que Delahunt calificó como "increíbles" y que sólo le hubiesen valido de 6 a 12 meses de prisión.
