WASHINGTON, 18 Oct. (EP/AP) -
Estados Unidos está en camino de consumar su año con menos ejecuciones desde mediados de la década de los 90, debido a sus últimos recelos sobre la inyección letal y la decisión del Tribunal Supremo de revisar el asunto.
El tribunal bloqueó ayer los planes de Virginia para ejecutar a Christopher Scott Emmett, de 36 años, horas antes de que una inyección letal fuera a provocarle la muerte. Tribunales de Nevada y Texas pospusieron esta semana las ejecuciones previstas hasta final de año.
Menos de 50 ejecuciones se llevarán a cabo este año en Estados Unidos, incluso si los estados que persisten en seguir aplicando la inyección vencen los esfuerzos legales para frenarlos. La última vez que las ejecuciones se contabilizaron por debajo de 50 fue en 1996, cuando hubo 45.
Desde que la pena capital se reestableciera en Estados Unidos en 1977, después de una orden del Tribunal Supremo, 1.099 reos han muerto en las cámaras de ejecución estatales y federales. La cifra anual de ejecuciones más alta fue 98, en 1999, según el Centro de Información de la Pena de Muerte, opuesto al castigo capital.
En lo que va de año se ha aplicado la pena de muerte a 42 personas. Texas, donde 26 prisioneros han sido ejecutados este año, no ha previsto más ejecuciones durante 2007, después de que jueces federales y estatales frenaran cuatro. Texas es, entre los demás estados, el que más veces ha aplicado la pena capital. Durante seis años como gobernador de Texas, el actual presidente norteamericano, George W. Bush, aprobó 152 ejecuciones.
La última persona ejecutada en Estados Unidos fue Michael Richard, de 49 años, que murió a causa de la inyección letal en Texas, el mismo día en que el Tribunal Supremo acordó considerar la constitucionalidad de los procesos de aplicación de la inyección letal en Kentucky. Un juez del estado de Texas rechazó aquel día una apelación de los abogados de Richard, alegando que había llegado después del horario de oficina.
