NUEVA YORK, 23 Ene. (del corresponsal de EUROPA PRESS Carlos López) -
El plan para Irak del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que prevé el incremento en más de 20.000 efectivos del número de tropas que se encuentran destinadas en el país árabe podría encontrar resistencia no sólo entre las filas demócratas sino también entre los representantes republicanos de la Cámara Baja.
Los conservadores de la Cámara de Representantes se dividen entre los que se oponen directamente al plan que el presidente norteamericano presentara hace tres semanas y aquellos que exigen que el Gobierno iraquí se haga responsable de la seguridad de sus ciudadanos y se implique más en las labores de lucha contra la insurgencia.
Tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes la división entre los republicanos es patente en relación al apoyo al plan de Bush. En la Cámara Alta, tres senadores republicanos junto a otros demócratas estudian la promulgación de una ley no vinculante que critica la decisión del presidente y urge a estudiar otras alternativas.
Por su parte, en la Cámara de Representantes los legisladores reclaman el establecimiento de objetivos y la obligación de la Casa Blanca de rendir cuentas de forma semanal ante las comisiones de servicios armados del Congreso de forma que se pueda evaluar el avance en la consecución de dichos objetivos.
Todo esto se produce en la víspera de la presentación del Estados de la Unión durante el cual Bush dará a conocer a los americanos su política para el presente año. La oposición republicana revela además el cambio de poder en el Congreso ya que aunque sus posturas respecto a la Casa Blanca se alejan de las posiciones demócratas son claramente más firmes que durante el periodo de dominio conservador.