ISMAILIA (EGIPTO), 21 (Reuters/EP)
Egipto ha cerrado indefinidamente las escuelas en dos ciudades fronterizas en el norte del Sinaí mientras que el Ejército se prepara para intensificar sus acciones contra los islamistas radicales. Según han explicado los profesores de la zona, los enfrentamientos han convertido la rutina diaria de lo niños que intentan ir a estudiar en un "viaje por el camino de la muerte".
Los habitantes locales han denunciado que las víctimas están siendo los niños que se quedan sin la posibilidad de continuar con su educación, mientras que el Ejército ha anunciado que se han producido decapitaciones entre sus informantes a manos de los radicales.
"Estamos poniendo nuestras vidas en riesgo todos los días", ha dicho Mohamed, uno de los profesores que viven en la ciudad de Sheikh Zuweid, afectada por los cierres. "A veces hay tiroteos entre hombres armados y el Ejército y, a veces, las balas perdidas nos alcanzan a nosotros", ha denunciado.
La actividad de grupos insurgentes se ha disparado en la península del Sinaí --en la frontera entre Israel, Gaza y el Canal de Suez--. Al menos 33 agentes de seguridad murieron el mes pasado y un grupo radical de la zona, Ansar Bayt al Maqdis, ha prometido su lealtad al Estado Islámico.
Ahora, los puestos de control del Ejército salpican las principales carreteras del norte del Sinaí ante el miedo de los residentes que temen que la zona se esté convirtiendo en un campo de batalla para la guerra.
ESTADO DE EMERGENCIA Y ZONA DE EXCLUSIÓN
Desde los ataques radicales islamistas del pasado 24 de octubre, Egipto ha impuesto el estado de emergencia en algunas partes del Sinaí, desalojado a cientos de familias y demolido sus casas para crear una zona de seguridad a lo largo de la frontera de Gaza a unos 350 kilómetros al noreste de El Cairo.
El Gobierno espera que con esta limpieza de edificios y árboles se pueda detener el flujo de armas a través de los túneles de Gaza a los yihadistas del Sinaí.
"La zona de exclusión es una parte principal de la solución", dijo el presidente Abdel Fatá al Sisi en una entrevista con la televisión France 24 el jueves. "Esto debería haberse hecho hace años. Se ha llegado a un entendimiento con los residentes acerca de la necesidad de seguridad para Egipto", explicó.
Además, se ha instaurado el toque de queda y se han impuesto restricciones en los servicios de Internet y de teléfono con la intención de romper las comunicaciones de los yihadistas. Los habitantes de la zona se han quejado de que ni siquiera pueden llamar a una ambulancia para recoger a las víctimas o informar a la Policía si detectan milicianos cerca.
Bajo este ambiente, diez civiles ha muerto a lo largo de esta semana durante los enfrentamientos entre el Ejército y los insurgentes. Fuentes de seguridad dijeron que las muertes responden al impacto de un mortero de los radicales.