El Ejército paquistaní defenderá su dignidad "a toda costa"

Actualizado: lunes, 7 abril 2014 18:47

ISLAMABAD, 7 Abr. (Reuters/EP) -

El jefe del Ejército de Pakistán, el general Rahel Sharif, ha declarado que el cuerpo protegerá su dignidad "a toda costa", en una aparente muestra de la irritación provocada por el sometimiento a juicio por alta traición al antiguo dirigente de las Fuerzas Armadas y expresidente del país Pervez Musharraf.

El tono con el que ha hecho las declaraciones Sharif, el cargo con más poder de Pakistán, podría provocar un aumento de la preocupación por la intromisión de las Fuerzas Armadas en la política del país, lo que reduce las esperanzas de desarrollar una democracia con un gobierno civil.

Un tribunal acusó hace un mes a Musharraf de cinco delitos de traición por haber suspendido la Constitución y haber impuesto el Estado de emergencia en 2007, cuando intentó incrementar su poder.

Musharraf, que dio un golpe de Estado en 1999 para después convertirse en presidente del país, se enfrenta a la pena de muerte en caso de que se confirmen las acusaciones. Él se ha declarado no culpable.

El caso enfrenta a los tres centros de poder de Pakistán, que son el poder judicial, cada vez más fuerte, el Gobierno y unas Fuerzas Armadas muy poderosas, que han dirigido al país durante más de la mitad de los 67 años de historia que tiene Pakistán.

El juicio a Musharraf ha terminado por romper una ley no escrita, según la cual los máximos dirigentes del Ejército han sido hasta ahora intocables.

"Las Fuerzas Armadas de Pakistán miran a las demás instituciones con respeto", ha declarado Sharif durante una visita la base militar de Tarbela, en la que ha respondido a las preguntas que han realizado varios soldados en un momento en el que ha aumentado las críticas hacia el Ejército.

"Pero también preservará su dignidad y orgullo institucional a toda costa", ha añadido el máximo dirigente del Ejército paquistaní.

EXILIO VOLUNTARIO

Musharraf abandonó el cargo de presidente en 2008, cuando se produjeron multitudinarias protestas encabezadas por el poder judicial y se celebraron unas elecciones en las que los seguidores del entonces presidente no pudieron vencer a los partidos pro democracia.

Regresó al país en marzo de 2013, después de pasar cuatro años de exilio voluntario, para presentarse a las elecciones generales que se celebrarían dos meses después, aunque su candidatura fue anulada por los tribunales por haber varias causas pendientes contra él.

Desde entonces, ha tenido que enfrentarse a diferentes acusaciones, entra las que se encuentra la de la conexión con el asesinato de la antigua primera ministra Benazir Bhuto en 2007.

Musharraf ha negado todas las acusaciones que se le han realizado, alegando que se deben a motivos políticos. Actualmente vive bajo arresto domiciliario en su granja a las afueras de la capital, Islamabad.

Leer más acerca de: